Ella contó que durante la relación él la sometía a ésta a constantes agresiones, tanto psíquicas como psicológicas. Agregó que los hechos de violencia fueron creciendo desde escenas de celos, prohibiciones de mantener contacto con su familia, golpes y lesiones. Dijo que esa situación le hizo caer en la cuenta de que su vida corría grave peligro, y ante esto logró escaparse y pedir auxilio.
El juez de la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, Ricardo Hugo Martoccia, condenó al hombre a la pena de dos años de prisión efectiva por ser autor del delito de lesiones agravadas por el vínculo y el género.
Esa pena había sido la solicitada por el Ministerio Público Fiscal al momento de los alegatos, por lo que se le impuso el máximo de la condena, que será de cumplimiento efectivo pese a la falta de antecedentes penales.
En el fallo ordenó que el acusado continúe alojado en la Alcaidía de esa ciudad hasta tanto se encuentre firme la sentencia y sea trasladado a la Unidad Carcelaria local. Además será inscripto en el Banco de Datos Genéticos, para lo cual se le extraerán las muestras de material genético correspondiente.