Una escena tan insólita como peligrosa se vivió este sábado por la noche en la ciudad de Salta, cuando un taxista dio positivo en un control de alcoholemia y los inspectores de tránsito descubrieron que en el baúl del vehículo se escondía su pareja. El hombre fue demorado y sancionado por conducir bajo los efectos del alcohol y por transportar a una persona en un lugar no habilitado.
El hecho se registró durante un operativo de control realizado sobre la avenida del Bicentenario de la Batalla de Salta, a la altura del Club Gimnasia y Tiro, donde agentes municipales realizaban pruebas de alcoholemia y verificación de documentación. Al detener al taxista, notaron que mostraba signos de nerviosismo y decidieron someterlo al test correspondiente.
El resultado confirmó las sospechas: el conductor superaba el límite permitido de alcohol en sangre, por lo que se procedió a una inspección más detallada del vehículo. Sin embargo, lo que parecía una infracción común se transformó en una verdadera sorpresa cuando los inspectores abrieron el baúl y encontraron a una mujer envuelta en una frazada.
“Es mi señora”, habría dicho el hombre, visiblemente incómodo ante la mirada incrédula de los agentes. Al ser consultada, la joven —de 18 años— explicó que se había escondido por decisión propia. Su motivo, según relató, era vigilar a su pareja porque sospechaba de una posible infidelidad.
“Estaba vigilando a mi pareja”, dijo la joven mientras intentaba salir del reducido espacio. Luego, agregó que quería ver “qué hacía su novio mientras trabajaba de noche”. Según contó, había subido al vehículo sin que nadie la viera y se acomodó en el baúl antes de que el hombre comenzara su recorrido como taxista.
El conductor, por su parte, intentó justificar la situación ante los agentes: “Le digo que me cela. Ella piensa que voy a estar con otra mujer y quería saber qué hago a la noche”, expresó mientras su pareja asentía a su lado.
Más allá del particular trasfondo sentimental, las autoridades labran el acta correspondiente y procedieron a sancionar al taxista por conducir bajo los efectos del alcohol y por transporte ilegal de personas, ya que la mujer se encontraba en un lugar no habilitado para pasajeros, lo que representa una grave infracción a las normas de tránsito y seguridad vial.
El operativo se enmarca en los controles preventivos que realiza la Municipalidad de Salta junto a la Policía Vial para reforzar la seguridad en las calles durante los fines de semana. En estos procedimientos se verifica la documentación de los conductores, el estado del vehículo y se realizan tests de alcoholemia para prevenir accidentes y conductas irresponsables al volante.
Fuentes del área de Tránsito indicaron que el vehículo fue retenido y que el conductor enfrentará sanciones tanto administrativas como judiciales. Además, podría ser inhabilitado para conducir un taxi hasta que regularice su situación.
El caso generó sorpresa entre los inspectores, que no recordaban un episodio de similares características. “Hemos tenido de todo, pero esto no lo esperábamos”, comentó uno de los agentes fuera de acta.
Más allá del tono curioso del hecho, las autoridades remarcaron que la situación representó un serio riesgo para la integridad física de la joven, ya que viajar dentro del baúl de un vehículo no sólo está prohibido sino que puede tener consecuencias graves en caso de accidente o frenada brusca.
El insólito suceso también reavivó el debate sobre la responsabilidad de los conductores profesionales, especialmente en el transporte público, donde se espera un nivel de conducta ejemplar. Los organismos de control municipales reiteraron el llamado a la conciencia y prudencia al volante, recordando que manejar bajo los efectos del alcohol pone en peligro tanto la vida del conductor como la de terceros.
En este caso, la intervención oportuna de los inspectores evitó que la historia terminara en una tragedia. El hombre fue demorado para las actuaciones correspondientes, mientras que la joven resultó ilesa y se retiró del lugar por sus propios medios, no sin antes generar asombro y comentarios entre los presentes.
El episodio ya circula entre los salteños como una de las anécdotas más insólitas del año en materia de controles vehiculares, pero detrás de la escena curiosa hay un recordatorio importante: la seguridad vial no admite excepciones ni excusas.
