Lucas Manuel Bonilla, comerciante de Salvador Mazza, fue condenado a 9 años de prisión por haber coordinado el transporte de 136 kilos de cocaína mezclada con azúcar, escondida en el chasis de un camión interceptado en la Ruta 34. El Tribunal Oral Federal N°1 de Salta lo encontró culpable del delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de participantes.
La investigación, impulsada por la fiscalía de Tartagal, logró demostrar que Bonilla evitaba ser rastreado dejando su celular personal en casa y utilizando teléfonos de terceros. Desde allí, daba instrucciones al chofer del camión, Walter Passarino, quien lo tenía agendado como “Frío”. Una pericia de voz confirmó con un 80% de coincidencia que se trataba de Bonilla.
El operativo que destapó la maniobra ocurrió en mayo de 2024, cuando Gendarmería detuvo a Passarino en el paraje La Quena. En el camión encontraron 422 paquetes que, aunque en su mayoría contenían azúcar, sumaban 136 kilos de cocaína. Por la baja pureza del cargamento, se sospechó una disputa o engaño entre bandas.
Además de Bonilla, fueron condenados otros tres involucrados: su primo Alán Sánchez, Dante Villa y el chofer. Todos aceptaron penas menores en juicios abreviados. En cambio, Bonilla decidió ir a juicio, donde la fiscalía presentó pruebas que lo ubicaban en distintas escenas clave, y demostró cómo se comunicaba usando líneas ajenas.
El tribunal también valoró el secuestro de más de 19 millones de pesos, una camioneta y motos de alta cilindrada en su domicilio. Los jueces consideraron probada su participación como organizador y jefe de la operación.
Con esta sentencia, la justicia federal dio otro paso firme en el combate al narcotráfico que golpea con fuerza en el norte salteño, una zona sensible por su cercanía con la frontera y sus rutas vulnerables. La investigación sigue abierta para dar con otros posibles integrantes de la red.