El juicio por el asesinato de Jimena Salas sumó este lunes un capítulo decisivo con la presentación de pruebas que, según la Fiscalía, comprometen de forma directa a los hermanos Adrián y Carlos Saavedra, acusados como coautores del crimen ocurrido en Vaqueros hace más de seis años.
Durante la audiencia, declararon tres efectivos policiales que intervinieron en distintas etapas de la investigación. Una oficial que prestaba servicio en la comisaría de Vaqueros relató su actuación el día del crimen, mientras que otro integrante de la División Homicidios detalló las tareas realizadas en los primeros días de la pesquisa.
El testimonio más esperado fue el del actual jefe del grupo investigativo, creado en abril de 2022, cuando se reactivó el caso con una nueva orientación. Con apoyo de material multimedia, el oficial expuso cómo se reconstruyó la secuencia de hechos que llevó a identificar a los Saavedra como sospechosos.
Según su exposición, los indicios surgieron del análisis de antecedentes delictivos, comunicaciones, registros de cámaras de seguridad y conversaciones por mensajería, todo obtenido a partir de los dispositivos secuestrados. En la sala se reprodujeron videos, audios y chats considerados elementos clave por la Fiscalía.
El crimen, ocurrido en enero de 2017, fue calificado como homicidio agravado por alevosía, ensañamiento, criminis causa, premeditación y femicidio, dada la brutalidad del ataque y la vulnerabilidad de la víctima, que fue asesinada en su casa mientras sus hijas estaban presentes.
La jornada finalizó con un cuarto intermedio dispuesto por los jueces José Luis Riera, Mónica Faber y Maximiliano Troyano, hasta este martes a las 8.30, cuando continuará la ronda de testigos.
A medida que avanza el juicio, crece la expectativa social en Salta por una resolución que permita cerrar una herida abierta en la comunidad de Vaqueros, marcada desde hace años por la impunidad y el dolor que dejó este femicidio.