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Inseguridad

Se robaron los focos del puente que une Villa Palacios y barrio Costanera

El puente, inaugurado en mayo de 2023, sufrió el robo de parte de su sistema de iluminación, dejando sectores a oscuras y desatando temor entre los vecinos por el aumento de la inseguridad.

Se robaron los focos del puente que une Villa Palacios y barrio Costanera

La noche en Salta ya no es la misma para los vecinos de Villa Palacios y barrio Costanera.

 

El puente que conecta estas dos zonas populosas de la capital provincial, inaugurado con bombos y platillos en mayo de 2023, fue blanco de un nuevo acto de vandalismo que dejó a la estructura parcialmente a oscuras. Delincuentes sustrajeron varias luminarias del sistema de iluminación, generando no solo un perjuicio económico, sino también un creciente malestar entre los salteños que transitan a diario por este paso clave de la ciudad. La falta de luz en tramos del puente, sumada a la percepción de inseguridad, reavivó los reclamos por mayor vigilancia y mantenimiento en una obra que prometía ser un símbolo de progreso para la conectividad urbana.

El puente, que cruza el río Arenales y une la zona oeste con el sur de la capital, fue presentado hace poco más de un año como una solución para agilizar el tránsito y mejorar la calidad de vida de miles de vecinos. Con un diseño moderno y un sistema de iluminación LED de última generación, la obra se convirtió en un orgullo para la ciudad. Sin embargo, el entusiasmo inicial se vio empañado por el accionar de vándalos que, en las últimas semanas, desmantelaron parte de las luminarias instaladas, dejando sectores del puente sumidos en la penumbra. Este no es el primer incidente de este tipo en Salta, donde el robo de cables y elementos de infraestructura pública se ha convertido en una constante que afecta tanto a los barrios como a los espacios comunes.

Los vecinos de Villa Palacios, uno de los barrios más populosos de la zona oeste, manifestaron su preocupación por las consecuencias de este nuevo hecho delictivo. “Es una vergüenza que pase esto en un puente tan nuevo. Lo usamos todos los días para ir al trabajo o llevar a los chicos al colegio, pero ahora da miedo cruzarlo de noche”, comentó Marta, una vecina de la zona que prefirió no dar su apellido. La oscuridad en el puente no solo dificulta la visibilidad para peatones y conductores, sino que también genera un escenario propicio para hechos de inseguridad, como robos o asaltos, que ya son una preocupación recurrente en la capital salteña.

El deterioro del puente no se limita al robo de luminarias. Según constataron los propios vecinos, algunas barandas y señalizaciones también muestran signos de desgaste, lo que pone en duda el mantenimiento de la estructura. “Es como si nadie se ocupara de cuidar lo que tanto costó construir. Pagamos impuestos y queremos que se invierta en seguridad y en mantener estas obras en condiciones”, señaló Juan, un comerciante de barrio Costanera que cruza el puente a diario para abrir su negocio. La situación, además, pone en evidencia la vulnerabilidad de las obras públicas en Salta, donde los hechos de vandalismo se repiten en plazas, parques y otros espacios compartidos.

La Municipalidad de Salta, responsable del mantenimiento del puente, aún no emitió un comunicado oficial sobre el incidente, pero fuentes cercanas al municipio indicaron que ya se trabaja en un relevamiento de los daños para proceder con la reposición de las luminarias robadas. Sin embargo, los vecinos exigen soluciones más integrales que no se limiten a reparaciones temporales. “No alcanza con poner focos nuevos si no hay vigilancia. Los delincuentes van a seguir llevándose todo si no se toman medidas serias”, expresó Marta, resumiendo el sentir de muchos en la zona.

El puente de Villa Palacios no es un caso aislado. En los últimos años, Salta ha enfrentado una ola de robos de infraestructura pública que incluye desde cables de alumbrado hasta tapas de cloacas y elementos ornamentales. Estos actos no solo generan un costo económico significativo para el erario público, sino que también afectan la calidad de vida de los ciudadanos. En el caso del puente, la falta de iluminación impacta directamente en la seguridad vial y peatonal, especialmente en una ciudad donde el tránsito nocturno es intenso debido a la actividad comercial y laboral de la zona.

La obra, financiada con fondos provinciales y municipales, había sido celebrada como un paso hacia la modernización de la infraestructura urbana de Salta. Con un costo estimado en varios millones de pesos, el puente no solo facilitó la conexión entre Villa Palacios y barrio Costanera, sino que también alivió la congestión en otras arterias clave de la ciudad, como la avenida Paraguay. Sin embargo, el deterioro prematuro de la estructura plantea interrogantes sobre la planificación y el control de las obras públicas en la provincia. Los salteños, acostumbrados a lidiar con las dificultades del día a día, no quieren que este puente se convierta en otro ejemplo de promesas incumplidas.

La situación también reavivó el debate sobre la necesidad de implementar medidas de seguridad más efectivas en la ciudad. Cámaras de vigilancia, patrullajes nocturnos y sistemas de monitoreo en tiempo real son algunas de las propuestas que los vecinos vienen planteando desde hace tiempo. “En otras ciudades del país ya usan tecnología para cuidar los espacios públicos. Acá en Salta seguimos atrasados en eso”, opinó Juan, quien además sugirió la instalación de luminarias antivandálicas, diseñadas para dificultar su robo o desmantelamiento.

Mientras tanto, el puente de Villa Palacios sigue funcionando a media luz, con tramos oscuros que obligan a los conductores a extremar precauciones y a los peatones a buscar alternativas para cruzar el río Arenales. La sensación de inseguridad, que ya es un problema estructural en muchos barrios de Salta, se agrava con este tipo de incidentes que afectan la infraestructura básica de la ciudad. Los vecinos, cansados de esperar respuestas, piden acciones concretas para que el puente recupere su funcionalidad y, sobre todo, para que la oscuridad no se convierta en una invitación al delito.

 


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