Una sesión ordinaria de la Cámara de Diputados de Salta terminó en escándalo luego de que el presidente del cuerpo, Esteban Amat, le recomendara públicamente al diputado libertario Roque Cornejo que "se tome un Rivotril y se siente en su lugar". La frase, cargada de ironía, encendió la tensión política y generó reacciones tanto en el recinto como en redes sociales.
El incidente se desató cuando Cornejo pidió el tratamiento sobre tablas de un proyecto para repudiar lo que él consideró agresiones al presidente Javier Milei. Su planteo fue rechazado por extemporáneo y fuera del procedimiento habitual, lo que generó su enojo. En medio de su insistencia, se acercó al atril presidencial sin tener la palabra asignada, lo que motivó la intervención de Amat.
“Está alterado, no lo veo bien. Que se tome un Rivotril”, lanzó Amat desde su micrófono, agregando que, si estaba mal de salud, podía ir a tomarse la presión a la enfermería. Cornejo se retiró visiblemente molesto, y la sesión continuó con murmullos de fondo y gestos de incomodidad entre varios legisladores.
El cruce se produjo durante una jornada legislativa que ya venía cargada de tensión. En sus bancas, varios diputados mostraban carteles con hashtags que apuntaban contra la gestión nacional: #Libra, #coimas, #fentanilo y otras denuncias recientes. Desde el oficialismo provincial se presentó un proyecto para rechazar los presuntos ataques del gobierno nacional a medios periodísticos, y ese fue el contexto en el que Cornejo intentó introducir su moción de repudio a favor de Milei.
Amat explicó que el pedido fue realizado fuera de tiempo, y que Cornejo ni siquiera había solicitado la palabra durante la labor parlamentaria, pese a haber tenido la oportunidad. "Estaba hablando por teléfono, y después quiso improvisar un tratamiento sobre tablas que no correspondía", argumentó.
La respuesta fue tajante y no exenta de chicanas. “Si lo mandaron a hacer circo o está mal, que vaya a la enfermería”, dijo Amat, antes de lanzar la ya famosa frase del Rivotril, que rápidamente se viralizó en redes.
Desde el entorno de Cornejo calificaron el episodio como un acto de censura y autoritarismo, mientras que el oficialismo lo atribuyó a una provocación deliberada del legislador libertario, en sintonía con el estilo confrontativo que caracteriza a su espacio político.
Este tipo de escenas se están volviendo cada vez más frecuentes en la Legislatura salteña, reflejo del clima de polarización que atraviesa la política nacional. Las chicanas, los gestos teatrales y las tensiones personales parecen haberse instalado como parte del debate legislativo, relegando las discusiones de fondo.
El episodio, más allá del impacto mediático, vuelve a dejar en evidencia la falta de diálogo real entre los distintos espacios políticos y una creciente necesidad de protagonismo en tiempos de redes sociales y cámaras encendidas.