La provincia de Salta se alista para un cambio trascendental en el modo de elegir a sus representantes.
El próximo 26 de octubre, en las elecciones legislativas nacionales, debutará la boleta única papel (BUP), un sistema que, según estimaciones oficiales, tendrá un costo aproximado de un dólar por elector habilitado.
Este nuevo mecanismo, que se aplicará en todo el país, llega con la promesa de mayor transparencia, equidad y un ahorro significativo en comparación con el sistema de boleta única electrónica (BUE) que Salta utilizó en las elecciones provinciales del 25 de mayo pasado, donde el costo por votante ascendió a 4,3 dólares.
La diferencia económica entre ambos sistemas es elocuente. Mientras que la boleta única electrónica demandó una inversión considerable, la boleta única papel se presenta como una alternativa más accesible, con un impacto directo en el presupuesto electoral. En un contexto donde la eficiencia en el gasto público es clave, este cambio genera expectativas en Salta, una provincia que históricamente ha lidiado con los desafíos logísticos y económicos de organizar elecciones en un territorio extenso y diverso.
El sistema de boleta única papel consiste en una sola hoja que incluye a todos los candidatos de los distintos partidos, agrupados por cargo. Cada elector marca su elección directamente en la boleta, eliminando la necesidad de que los partidos provean sus propias boletas, una práctica que en el pasado generó controversias por faltantes o irregularidades en las mesas de votación. Este modelo, además, simplifica el proceso para los votantes, que ya no deben buscar entre múltiples boletas para encontrar a sus candidatos preferidos.
En Salta, la transición hacia este sistema no está exenta de debates. Hace algunos meses, el ministro de Gobierno provincial, Ricardo Villada, expresó ciertas reservas sobre la implementación de la boleta única papel, advirtiendo sobre posibles complicaciones logísticas y la necesidad de una adecuada capacitación para los votantes. Sin embargo, diversas figuras políticas y judiciales de la provincia han salido al cruce de estas inquietudes, destacando las virtudes del nuevo sistema.
Uno de los principales argumentos a favor es la igualdad que promueve entre los partidos. En el sistema tradicional, las fuerzas políticas con menos recursos muchas veces enfrentaban dificultades para garantizar la presencia de sus boletas en todas las mesas. Con la boleta única papel, este problema desaparece, ya que todos los candidatos están representados en la misma hoja. “Es un avance en equidad y transparencia. El elector tiene todo a la vista, sin depender de que un partido reponga boletas”, señaló un referente electoral local.
Además, el sistema reduce significativamente los costos operativos. En las elecciones provinciales de mayo, Salta invirtió una suma considerable en tecnología para implementar la boleta única electrónica, que requería máquinas especiales y un complejo sistema de capacitación. Si bien este mecanismo fue bien recibido por su modernidad, el costo por elector resultó elevado, especialmente en un contexto económico ajustado. La boleta única papel, en cambio, no requiere infraestructura tecnológica sofisticada, lo que la convierte en una opción más práctica y económica.
Otro punto a favor es la simplicidad del sistema. Los votantes salteños, acostumbrados a lidiar con múltiples boletas en elecciones anteriores, encontrarán en la boleta única papel un método más intuitivo. “Es una sola hoja, clara y directa. La gente no va a tener problemas para entender cómo votar”, afirmó un dirigente político local. Esta claridad también reduce las posibilidades de errores o votos nulos, un aspecto que en elecciones pasadas generó críticas en algunos sectores.
El impacto de la boleta única papel no se limita al ámbito económico o logístico. En Salta, donde la política es un terreno de debates intensos y las elecciones suelen estar marcadas por una fuerte competencia, este sistema podría contribuir a descomprimir tensiones. Al eliminar la necesidad de que los partidos controlen la reposición de boletas, se reduce el margen para prácticas cuestionables, como el robo o la manipulación de material electoral.
Sin embargo, el cambio también plantea desafíos. En una provincia con realidades tan diversas como Salta, desde los centros urbanos de la capital hasta las comunidades rurales del interior, garantizar que todos los votantes comprendan el nuevo sistema será clave. Las autoridades electorales ya están trabajando en campañas de difusión para explicar cómo funciona la boleta única papel, con especial énfasis en las zonas más alejadas, donde el acceso a la información puede ser limitado.
En el plano político, la boleta única papel también podría tener implicancias en la estrategia de las fuerzas que competirán en octubre. Al poner a todos los candidatos en igualdad de condiciones, el sistema obliga a los partidos a enfocarse en propuestas claras y en la comunicación directa con los votantes, en lugar de depender de la logística electoral. Esto podría beneficiar a las fuerzas emergentes o a aquellos candidatos que, por falta de recursos, solían quedar relegados en el sistema tradicional.
En un contexto donde la confianza en las instituciones democráticas es un tema sensible, la boleta única papel se presenta como una herramienta para fortalecer la transparencia y la participación ciudadana. En Salta, una provincia con una rica tradición política, este cambio podría marcar un antes y un después en la forma en que los ciudadanos eligen a sus representantes. A menos de dos meses de los comicios, la expectativa crece en torno a cómo este sistema impactará en el desarrollo de las elecciones y en la percepción de los salteños sobre su proceso electoral.
Mientras tanto, los debates sobre el sistema electoral no se detienen. Algunos sectores insisten en que la boleta única electrónica, a pesar de su costo, ofrecía ventajas en términos de rapidez y modernidad. Otros, en cambio, celebran la simplicidad y el ahorro que representa la boleta única papel. Lo cierto es que, más allá de las preferencias, Salta está ante una oportunidad histórica para consolidar un sistema electoral más justo y eficiente, en línea con las demandas de una ciudadanía cada vez más exigente.
Con la fecha de las elecciones acercándose, los salteños se preparan para experimentar un nuevo capítulo en su historia democrática. La boleta única papel no solo promete reducir costos y aumentar la transparencia, sino también acercar a los ciudadanos a un proceso electoral más simple y equitativo. En un país donde los cambios en las reglas electorales suelen generar controversias, Salta tiene la chance de demostrar que es posible innovar sin perder de vista los valores fundamentales de la democracia.
Con información de El Tribuno