La Corte de Justicia de Salta dio un portazo definitivo a Alberto Pedro Serrudo, el exsecretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales, al rechazar su intento de revivir una apelación en el expediente que lo enfrenta a la Municipalidad de la Ciudad de Salta. Los jueces consideraron que sus argumentos no daban la talla para justificar la reapertura del caso.
Serrudo había presentado una queja porque, según él, la jueza de primera instancia tomó decisiones durante la feria judicial y fuera de horario hábil, lo que invalidaría todo el proceso. Además, alegaba un daño irreparable al no poder apelar una sentencia que, para él, era nula por provenir de una magistrada recusada.
Pero la Sala IV del alto tribunal no compró el cuento. Explicaron que una queja por apelación denegada solo sirve para chequear si el recurso fue bien rechazado, no para discutir el fondo del asunto. Y Serrudo, dijeron, no aportó críticas concretas ni nuevas contra la resolución que lo dejó en offside.
En concreto, el exdirigente se limitó a repetir los mismos planteos que ya habían sido desechados en instancias anteriores. Por eso, la Corte declaró improcedente la queja y ratificó la decisión de la jueza de declarar desierta su apelación por presentarla fuera de plazo.
Este revés judicial llega en un momento clave para Serrudo, quien durante más de tres décadas fue el rostro visible del sindicalismo municipal en Salta capital. El veterano líder se resistía a colgar los botines pese a los topes de edad y mandatos que impuso una ordenanza del intendente Emiliano Durand.
La norma, que busca oxigenar la administración pública salteña, obligó al histórico gremialista a retirarse forzosamente. Con este fallo, la Justicia provincial pone fin a una saga de maniobras legales que intentaban estirar su permanencia en el cargo.
El caso Serrudo vuelve a encender el debate en los pasillos de la Municipalidad de Salta y en los barrios donde el sindicato tiene peso. Queda claro que los plazos procesales no se negocian y que los recursos judiciales no son un cheque en blanco para eternizarse en un puesto.
 
                             
                             
                             
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                