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DEFINICIÓN CLAVE

Milei aseguró que no vetará el Presupuesto 2026 y ratificó que ajustará partidas para sostener el déficit cero

El Presidente destacó el rol del Congreso en la media sanción del proyecto y dejó en claro que, si el Senado lo aprueba, el eje será mantener el equilibrio fiscal sin aumento de impuestos.

Milei aseguró que no vetará el Presupuesto 2026 y ratificó que ajustará partidas para sostener el déficit cero

El presidente Javier Milei confirmó que no vetará el Presupuesto 2026 en caso de que el Senado lo convierta en ley y ratificó que el objetivo central del Gobierno nacional será sostener el déficit cero. No obstante, advirtió que se realizarán ajustes en las partidas para garantizar el equilibrio fiscal, una de las principales banderas de su gestión desde el inicio del mandato.

La definición presidencial llegó en un contexto de fuerte debate político y económico, luego de que la Cámara de Diputados otorgara media sanción al proyecto de Presupuesto, un hecho que el propio Milei valoró como un logro institucional. Según expresó, el oficialismo consiguió avanzar en un escenario complejo, marcado por la fragmentación del Congreso y las tensiones propias de un año legislativo atravesado por medidas de ajuste y reformas estructurales.

El mandatario destacó especialmente que se haya logrado el quórum y que la votación se realizara por capítulos, lo que permitió un tratamiento más ordenado del proyecto. En ese sentido, remarcó que el Presupuesto aprobado en Diputados está construido sobre la base del déficit cero, un principio que considera innegociable para la estabilidad macroeconómica de la Argentina.

Milei sostuvo que el equilibrio fiscal no es solo una consigna, sino una condición necesaria para dejar atrás décadas de desorden económico. En su análisis, remarcó que alcanzar el superávit fiscal sin subir impuestos representa uno de los mayores desafíos de su administración, y al mismo tiempo, una diferencia sustancial con gestiones anteriores que recurrieron al aumento de la presión tributaria para cerrar las cuentas.

Al despejar las dudas sobre un eventual veto presidencial, el jefe de Estado dejó en claro que el Presupuesto 2026 será aplicado con una lógica de revisión permanente del gasto. Según explicó, el Gobierno buscará “acomodar las partidas” para cumplir con el objetivo fiscal, lo que anticipa una etapa de control estricto sobre el uso de los recursos públicos.

Estas definiciones generan especial atención en las provincias, incluida Salta, donde el Presupuesto nacional tiene un impacto directo en áreas sensibles como la obra pública, el transporte, la educación y la salud. Gobernadores e intendentes siguen de cerca la evolución del proyecto, atentos a cómo se distribuirán los fondos y qué margen tendrán las jurisdicciones para sostener programas y servicios esenciales.

Desde el oficialismo nacional insisten en que el nuevo esquema presupuestario apunta a terminar con el déficit crónico del Estado argentino y sentar las bases para una economía más previsible. En ese marco, Milei volvió a subrayar que el equilibrio fiscal es la piedra angular del programa económico y que no habrá marcha atrás en ese rumbo, aun cuando implique decisiones impopulares.

El debate por el Presupuesto 2026 se da en un contexto económico complejo, con una inflación que sigue siendo una de las principales preocupaciones de la sociedad y un proceso de ajuste que impacta en el poder adquisitivo. Para el Gobierno, ordenar las cuentas públicas es un paso indispensable para generar confianza, atraer inversiones y lograr una recuperación sostenida de la actividad.

En el interior del país, y particularmente en el norte argentino, las discusiones sobre el Presupuesto suelen estar atravesadas por reclamos vinculados a la infraestructura y al desarrollo regional. En Salta, sectores productivos, sindicatos y referentes políticos plantean la necesidad de garantizar recursos para obras viales, energía y programas sociales, en una provincia con fuertes desigualdades territoriales.

La advertencia presidencial sobre la revisión de partidas abre interrogantes sobre cómo se instrumentarán esos ajustes y qué áreas podrían verse más afectadas. Desde el Ejecutivo aseguran que el recorte no estará orientado a aumentar impuestos ni a desfinanciar sectores estratégicos, sino a eliminar gastos considerados innecesarios o ineficientes.

Milei insistió en que el camino elegido es el del orden fiscal como base para el crecimiento. En esa línea, volvió a marcar diferencias con modelos anteriores y defendió la idea de que un Estado más austero puede ser, al mismo tiempo, más eficiente. “No es trivial la forma en que se consigue el superávit fiscal”, enfatizó, dejando en claro que se trata de una batalla política y técnica de largo aliento.


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