Gustavo Sáenz, no ocultó su inquietud ante la falta de un Presupuesto nacional aprobado para el próximo año, algo que genera un panorama incierto para toda la economía argentina.
El gobernador subrayó que, en medio de un Congreso fragmentado, se están dejando de lado temas que tocan el corazón de la sociedad argentina. Mencionó la necesidad de actualizar programas sociales esenciales, como las asignaciones familiares, y los subsidios para regiones con climas extremos, que impactan directamente en familias vulnerables del norte del país. Sáenz insistió en que, sin estas previsiones, el ajuste podría golpear duro a sectores como la educación superior y las personas con discapacidad, que ya vienen lidiando con recortes en un contexto de inflación persistente.
En cuanto a la política económica, Sáenz respaldó la idea de equilibrar las cuentas públicas, pero con una advertencia tajante: el déficit cero solo no alcanza para resolver los problemas cotidianos de los argentinos. "Con el equilibrio fiscal no se come ni se cura", enfatizó, destacando que el saneamiento de las finanzas debe venir de la mano con inversiones en salud, trabajo y seguridad. Para el salteño, es clave proteger a los más necesitados en un país donde la pobreza sigue siendo un flagelo, especialmente en provincias como la suya, donde el turismo y la agricultura dependen de una estabilidad que hoy brilla por su ausencia.
Otro punto que tocó Sáenz fue el manejo de los fondos para infraestructura, particularmente en lo que respecta a las rutas y caminos. Criticó la opacidad en el uso de los impuestos recaudados por combustibles, que deberían destinarse al mantenimiento vial pero que, según él, no están llegando a donde corresponden. En Salta, una provincia con vastos territorios y conexiones clave con el resto de Argentina, esta falta de inversión pone en riesgo la seguridad de los viajeros y el desarrollo económico local, agravando problemas que ya se sienten en el día a día.
Finalmente, el gobernador hizo un llamado a la clase política para dejar atrás las peleas estériles y enfocarse en la unidad. Argumentó que la confrontación constante espanta inversiones y daña la imagen de Argentina en el exterior, en un momento donde el país necesita atraer capital para reactivar la economía. Sáenz cree que solo a través del diálogo y los consensos se pueden encontrar soluciones reales a la crisis, ofreciendo respuestas concretas a millones de argentinos que esperan más que promesas vacías.
