Con más del 90% de las mesas escrutadas, la jornada electoral dejó un sabor amargo para el oficialismo salteño, que sufrió una dura derrota en las elecciones legislativas. Las expectativas iniciales contrastaron con la realidad de las urnas, y en el búnker oficialista la desazón era evidente.
Uno de los principales golpes fue en la categoría de Diputados, donde Flavia Royón, figura clave del oficialismo, quedó relegada al tercer lugar, superada por la Libertad Avanza y frente Unidos por Salta. La caída fue un fuerte revés para el espacio que esperaba un respaldo mayor del electorado.
A pesar del resultado adverso, Royón logró asegurarse una banca en la Cámara de Diputados, al igual que Gastón Galíndez, gracias al sistema de distribución proporcional. Sin embargo, el festejo fue sobrio y contenido, lejos del clima de triunfo que se anticipaba semanas atrás.
El resultado marca un punto de inflexión para el oficialismo provincial, que deberá reconfigurar su estrategia y leer con atención el mensaje de las urnas. La ciudadanía expresó su malestar, y el escenario político de Salta queda reordenado tras una elección que muchos dentro del gobierno no esperaban.