El reciente operativo policial en Río de Janeiro contra el Comando Vermelho, una de las organizaciones criminales más temidas de Brasil, volvió a traer al presente un episodio poco recordado de Wanda Nara. Años atrás, la mediática ingresó a una favela dominada por ese grupo para grabar un videoclip y necesitó la autorización de sus líderes.
La banda, con presencia en casi todo el país y conexiones en otras naciones de Sudamérica, fue blanco de una ofensiva que dejó más de 120 muertos entre efectivos y civiles. En medio del impacto por los enfrentamientos, resurgió la historia de Wanda y su breve paso por una zona controlada por el narcotráfico.
Durante su intento de lanzar una carrera musical, la empresaria filmó el tema “O bicho vai pegar” en una favela carioca. Para hacerlo, su equipo debió tramitar un permiso con Edgard Alves Andrade, alias “Doca” o “Urso”, uno de los cabecillas del Comando Vermelho. El rodaje se realizó bajo estricta vigilancia y con custodia armada.
El acceso al barrio solo fue posible con la mediación del grupo, que controla los movimientos dentro de su territorio. En ese contexto, la mediática grabó el video sin incidentes, aunque el episodio quedó en el olvido al no tener gran repercusión artística.
El caso recuerda al de Michael Jackson, quien también debió negociar con la organización para filmar “They Don’t Care About Us” en los años 90. Sin embargo, mientras el cantante buscó mostrar la realidad social de las favelas, Wanda apostó por una puesta más glamorosa y comercial.
El Comando Vermelho nació en los años 70 dentro de una cárcel de Río y creció hasta convertirse en una red criminal con ramificaciones internacionales. En Argentina, las autoridades sospechan de posibles vínculos logísticos en zonas fronterizas del norte, incluyendo Salta.
Aunque el video de Wanda pasó desapercibido, la historia volvió a circular tras el operativo policial. En medio de la violencia que sacude a Río, aquel rodaje sirve como ejemplo del poder que mantiene la organización en los barrios donde impone su propia ley.
Hoy, Wanda Nara se dedica a la televisión y a sus negocios, lejos de la música y de aquella experiencia en Brasil que, con el tiempo, quedó como una curiosa anécdota de su pasado.
 
                             
                             
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                 
                                                