Una joven salteña cumplió su sueño de lucir un vestido especial en su fiesta de 15 gracias al esfuerzo y amor de su madre. Mía anhelaba un diseño único para su cumpleaños, pero su familia no contaba con los medios para comprar una máquina de coser.
Su mamá, quien aprendió costura el año pasado en el CIC de Solidaridad, no se dio por vencida. Buscó ayuda en la Fábrica Municipal y, con mucha dedicación, logró confeccionar el vestido que su hija tanto deseaba.
El resultado fue un momento inolvidable, lleno de emoción y orgullo. Mía pudo celebrar su día con un diseño hecho con el amor de su madre, demostrando que los sueños pueden cumplirse con esfuerzo y apoyo.