La muerte de Mila Yankelevich en Miami sacudió al mundo del espectáculo y a toda la sociedad argentina. En medio del dolor, el reconocido productor Gustavo Yankelevich eligió romper el silencio con un mensaje profundo y esperanzador, publicado en un comentario en redes sociales.
El texto fue dirigido a su nieto Valentín Giordano, piloto del TC2000, quien corrió recientemente una competencia. Gustavo le escribió desde el corazón:
“Valen querido, hoy vimos con Tomás tu carrera por televisión, nos emocionó, nos enorgulleció que estuvieses ahí de alguna manera representando a nuestra familia”.
Este gesto íntimo y familiar fue compartido en público y rápidamente generó una ola de mensajes de apoyo y cariño en redes sociales. Las palabras del productor no solo fueron un homenaje a su nieta, sino también una muestra de resiliencia en uno de los momentos más duros de su vida.
En su mensaje, Yankelevich expresó el sentimiento que embarga a toda su familia desde el trágico hecho:
“Estamos tristes, con mucho dolor, pero de pie. Gracias por todo el cariño que nos hacen sentir”.
La pérdida de Mila ha dejado una marca imborrable, pero la familia, a pesar del inmenso dolor, ha decidido mantenerse unida y agradecer el acompañamiento del público. El posteo se volvió viral y fue replicado en distintos medios, por lo que sus palabras resonaron en todo el país.
La tragedia ocurrió en Miami semanas atrás, y desde entonces, la familia Yankelevich había optado por mantener un perfil bajo. Esta fue la primera vez que Gustavo se manifestó públicamente sobre lo sucedido, y lo hizo con la elegancia y calidez que siempre lo caracterizaron.
Las redes sociales se llenaron de comentarios amorosos y mensajes de respeto. Muchos usuarios destacaron la entereza del productor, y cómo su mensaje logró transmitir la mezcla de dolor, amor y gratitud que viven quienes han sufrido una pérdida tan irreparable.
La figura de Gustavo Yankelevich es profundamente respetada en el ambiente artístico argentino, no solo por su trayectoria, sino también por su calidad humana. Su hija, Romina Yan, fallecida en 2010, también fue una pérdida muy sentida por todo el país. Ahora, el fallecimiento de su nieta revive viejas heridas, pero también muestra una vez más su capacidad para mantenerse firme frente a la adversidad.
El mensaje a Valentín también funcionó como una forma de fortalecer los lazos familiares. La participación del joven en la carrera, según expresó su abuelo, fue un símbolo de vida, de seguir adelante, de honrar a quienes ya no están con nosotros pero viven en cada paso que damos.
La comunidad del automovilismo tampoco tardó en responder. Varios colegas de Valentín, así como referentes del deporte, expresaron su apoyo. El automovilismo se convirtió así en una forma de canalizar el dolor y transformarlo en homenaje.