La hipertensión arterial es un problema de salud global que afecta a más de 1.400 millones de personas, según el segundo 'Informe mundial sobre hipertensión' de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De estas, solo una de cada cinco tiene su presión arterial bajo control. Este informe, presentado durante la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, destaca que la cifra de personas afectadas se ha duplicado desde 1990, lo que subraya la urgencia de abordar esta crisis de salud pública.
La hipertensión es una de las principales causas de infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, enfermedad renal crónica y demencia. Según el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, cada hora, más de 1.000 personas mueren por estas condiciones relacionadas con la presión arterial alta.
Además, la responsable del Programa de Salud Pública de Bloomberg Philanthropies, Kelly Henning, señala que la hipertensión no controlada se cobra más de 10 millones de vidas anuales.
El impacto económico de la hipertensión es significativo
Entre 2011 y 2025, las enfermedades cardiovasculares, incluida la hipertensión, costaron a los países de ingresos bajos y medios más de 3.000 millones de euros, lo que representa alrededor del dos por ciento de su PIB combinado. Sin medidas urgentes, la OMS proyecta que el número de personas con hipertensión superará los 1.500 millones para 2030.
El informe revela que 99 de los 195 países analizados tienen tasas de control de la hipertensión inferiores al 20 por ciento.
La mayoría de las personas afectadas viven en países de ingresos bajos y medios, donde los sistemas de salud enfrentan limitaciones de recursos. Las barreras incluyen deficiencias en la prevención, diagnóstico, tratamiento y atención a largo plazo, así como acceso limitado a tensiómetros y medicamentos.
El presidente de Resolve to Save Lives, Tom Frieden, enfatiza que existen medicamentos seguros, eficaces y económicos para controlar la presión arterial, pero muchas personas no pueden acceder a ellos. Cerrar esta brecha no solo salvará vidas, sino que también ahorrará miles de millones de dólares cada año.
La OMS insta a integrar el control de la hipertensión en las reformas de la cobertura sanitaria universal para prevenir millones de muertes prematuras y aliviar el impacto social y económico de esta enfermedad.