La familia de Lautaro Ramasco sigue esperando respuestas a más de diez meses de su asesinato en Salta, mientras denuncia demoras e irregularidades en la investigación. Su padre afirmó que todavía no hay detenidos y cuestionó cómo la justicia y la policía manejaron pruebas clave.
“Mi hijo fue asesinado entre dos personas y seguimos sin certezas. Esto afecta a mi hija, que atraviesa depresiones, y a mi nieto, que perdió a su papá”, señaló. Según explicó, el celular de Lautaro fue revisado recién ocho meses después del hecho, pese a las amenazas que había recibido durante el año previo.
El padre denunció también que videos y chats muestran la preparación del ataque, pero los responsables todavía no fueron citados a declarar. Además, el auto y la computadora del joven permanecen secuestrados en la Ciudad Judicial mientras los implicados siguen sin imputación formal.
Las demoras y la falta de avances generan incertidumbre y dolor en la familia, que exige que la justicia actúe con rapidez y transparencia. “No entiendo por qué se protege a quienes atacan. Mi hijo no tenía enemigos”, concluyó.
Este caso pone de relieve un problema más amplio en Salta: la necesidad de agilizar investigaciones de delitos graves y tomar en serio las amenazas previas para prevenir tragedias. La comunidad local sigue atenta al desarrollo de la causa, esperando que finalmente se haga justicia.