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Refuerzan asistencia médica tras incendio en barrio 20 de Junio

Una red de contención se despliega para atender desde heridas físicas hasta el impacto emocional.

Refuerzan asistencia médica tras incendio en barrio 20 de Junio

El barrio 20 de Junio, en la ciudad de Salta, aún respira el humo del incendio que sacudió a su comunidad el pasado viernes. Frente a la emergencia, el Ministerio de Salud Pública puso en marcha un operativo integral que va mucho más allá de los primeros auxilios: ahora se refuerza la atención con un puesto sanitario permanente, presencia de profesionales especializados y contención psicológica para vecinos visiblemente afectados.

A partir de este martes, médicos clínicos, enfermeros y psicólogos se sumarán a las tareas del centro de salud barrial con un objetivo claro: llegar a cada vecino con atención médica, medicamentos específicos y apoyo emocional.

Las consecuencias inmediatas del incendio no tardaron en manifestarse. La exposición al humo generó un aumento considerable de consultas por afecciones respiratorias, especialmente entre niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.

Síntomas como tos persistente, ardor en las vías respiratorias, irritación ocular y lesiones cutáneas fueron los más comunes en los primeros días. Para atender estos cuadros, se desplegó un stock especial de medicamentos, entre ellos broncodilatadores, antiinflamatorios, antibióticos y cremas dérmicas.

En total, al menos 70 personas entre vecinos y trabajadores de emergencia fueron asistidos por intoxicación con monóxido de carbono. Gracias a la rápida intervención del SAMEC con tres ambulancias, solo una paciente debió ser derivada por quemaduras graves al hospital San Bernardo.

El incendio no solo dejó cenizas. También generó un fuerte impacto emocional en las familias que lo perdieron todo o vivieron momentos de desesperación.

Por eso, profesionales de la Secretaría de Salud Mental y Adicciones comenzaron un relevamiento casa por casa para detectar signos de ansiedad, angustia o crisis nerviosa. En paralelo, se habilitaron turnos prioritarios de atención psicológica en el centro de salud para quienes necesiten acompañamiento a mediano y largo plazo.

Desde el primer contacto, se ofreció contención emocional urgente y se identificaron casos que requerirán seguimiento profesional. La meta no es solo curar lo visible, sino también lo que no se ve.

La situación también afectó a personas con enfermedades crónicas como diabetes, hipertensión o EPOC, que perdieron sus tratamientos debido al incendio. Para ellos, el Ministerio de Salud Pública activó un protocolo especial para reponer medicamentos esenciales y asegurar la continuidad de sus tratamientos sin interrupciones.

Además, se organizaron turnos especiales en el Centro de Salud N° 7 del barrio para que los pacientes no queden desatendidos en medio de la emergencia.

Este enfoque integral busca garantizar que nadie quede fuera del sistema de salud, sin importar su situación económica o de vivienda actual.

Durante la mañana del lunes, equipos de Salud Mental, Acción Social y el personal médico del barrio realizaron una primera jornada de relevamiento en el terreno, recorriendo las zonas más afectadas.

Las autoridades confirmaron que el operativo continuará activo en los próximos días, con personal fijo y atención a demanda para asegurar cobertura completa a toda la comunidad.

Cabe destacar que la respuesta del SAMEC fue inmediata tras el incendio: en cuestión de minutos, llegaron ambulancias y personal de emergencia que lograron estabilizar a decenas de personas sin necesidad de derivaciones masivas, algo que podría haber colapsado el sistema hospitalario.

Aunque el fuego ya fue controlado, el trabajo recién comienza. La comunidad del barrio 20 de Junio muestra señales de fortaleza en medio del caos. Vecinos, trabajadores de la salud y voluntarios articulan esfuerzos para salir adelante, mientras las instituciones públicas refuerzan su compromiso.

Este operativo sanitario integral no solo busca apagar los efectos del incendio, sino también sembrar esperanza en un barrio que necesita contención, recursos y reconstrucción.

 


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