El Concejo Deliberante de la Ciudad de Salta aceptó la renuncia de Martín Del Frari, quien dejó su banca para postularse como Defensor del Pueblo. Si bien la dimisión fue aprobada, la decisión no pasó desapercibida y generó fuertes críticas, especialmente por parte de la concejala Agustina Álvarez, que cuestionó la legalidad y la ética del movimiento.
Álvarez, una de las voces más firmes durante la sesión, dejó en claro que su voto a favor de la renuncia no implicaba apoyo a la postulación del exconcejal. “Esta jugada no sorprende a quienes venimos siguiendo de cerca el proceso”, afirmó. Según su postura, Del Frari habría incurrido en una incompatibilidad al presentarse como candidato cuando todavía ocupaba un cargo legislativo.
La concejala fue más allá y apuntó directamente contra la aparente cercanía política de Del Frari con los gobiernos municipal y provincial. “¿Cómo puedo creer que va a actuar con autonomía si públicamente respalda a los mismos gobiernos que debería controlar?”, se preguntó.
Desde el entorno del exconcejal no hubo declaraciones públicas. Su renuncia se presentó de manera formal y sin mayores explicaciones, lo que, para algunos sectores políticos, alimenta las sospechas sobre una maniobra premeditada. De hecho, se comenta que su interés por la Defensoría del Pueblo era conocido desde hace tiempo, aunque nunca se había oficializado hasta ahora.
El proceso de elección del nuevo Defensor del Pueblo continúa abierto y, con esta renuncia, Del Frari queda habilitado para competir formalmente por el cargo. No obstante, persisten las dudas sobre la transparencia del procedimiento y sobre el respeto a la normativa vigente, que establece que los candidatos no deben tener vínculos directos con el poder legislativo municipal.
El caso reaviva el debate sobre la necesidad de garantizar perfiles verdaderamente independientes para cargos institucionales clave. En Salta, donde las tensiones entre lo político y lo institucional son frecuentes, este episodio vuelve a poner en primer plano la importancia de cuidar la legitimidad de los procesos públicos.
En el Concejo Deliberante, en tanto, la salida de Del Frari obliga a un nuevo reacomodamiento interno. El nombre de su reemplazante aún no fue anunciado oficialmente, pero se espera que el lugar sea ocupado por quien sigue en la lista del frente político al que representaba.