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PURA FE

Salteños se vuelcan a San Cayetano en busca de trabajo y esperanza

El Día de San Cayetano volvió a convocar multitudes que rezan por trabajo, paz y pan en sus hogares.

Salteños se vuelcan a San Cayetano en busca de trabajo y esperanza

Este 7 de agosto, como cada año, el Templete de San Cayetano en Salta se convirtió en un punto de encuentro cargado de emoción y esperanza. Desde muy temprano, personas de todas las edades llegaron hasta la zona oeste de la ciudad para pedirle al patrono del pan y el trabajo aquello que hoy parece escasear: estabilidad, empleo y un plato lleno en la mesa.

En un contexto económico adverso, donde la inflación y la incertidumbre afectan a miles de familias, la figura de San Cayetano cobra una fuerza especial. Para muchos, no se trata solo de una tradición religiosa, sino de un acto de resistencia espiritual frente a las adversidades.

Con estampitas en las manos, velas encendidas y bolsas de pan como ofrenda, los fieles se acercaron al santo con humildad y gratitud. Algunos lo hicieron para agradecer por un trabajo conseguido, otros para suplicar por una oportunidad laboral que aún no llega. Las lágrimas, los silencios prolongados y las miradas al cielo fueron parte del clima cargado de emoción que se vivió durante toda la jornada.

A lo largo del día, se celebraron varias misas en distintos horarios: 7, 10, 17, 19 y 21 horas. Además, se ofreció el sacramento de la confesión en turnos durante la mañana y la tarde, permitiendo a los fieles renovar también su espíritu.

La festividad de San Cayetano no termina el 7 de agosto. Desde el 1° del mes se viene rezando la novena en su honor, que llegará a su momento más alto este domingo 10 de agosto con una misa central a las 16:30, seguida por la tradicional procesión por las calles de Salta. Se espera una gran concurrencia, como ocurre cada año, especialmente en contextos donde la fe parece ser la última esperanza.

Organizadores y autoridades religiosas invitan a los fieles a participar masivamente en esta celebración, que no solo convoca a creyentes sino también a quienes buscan un espacio de contención y comunidad.

En Argentina, San Cayetano es una de las figuras religiosas más queridas por los trabajadores. Su imagen, asociada al trabajo digno y la paz en el hogar, ha sido históricamente símbolo de lucha, esperanza y fe. En Salta, su devoción se mantiene firme, incluso en generaciones jóvenes que tal vez no crecieron en hogares religiosos, pero hoy encuentran en él una guía en medio del caos.

La tradición de ofrecer pan —símbolo de alimento y sustento— cobra especial relevancia en un país donde muchas familias deben hacer malabares para llegar a fin de mes. En este marco, los gestos simples como prender una vela o asistir a una misa se transforman en actos de resistencia emocional y cultural.

La fe que no se apaga

La imagen de cientos de personas arrodilladas frente al Templete es un reflejo del espíritu argentino: resiliente, esperanzado, y profundamente espiritual en momentos de crisis. Más allá de las diferencias políticas o sociales, la figura de San Cayetano une a personas con un deseo común: un futuro mejor.

En tiempos donde las certezas escasean, la fe aparece como un faro. No se trata solo de religión, sino de una necesidad humana de creer que algo —o alguien— puede ayudarnos a salir adelante. San Cayetano, con su imagen serena y humilde, parece recordarnos que aún en la oscuridad, es posible encontrar luz.


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