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A CUMPLIR SUEÑOS

Julieta Poggio y la vida después de Gran Hermano

Esto es lo qué hizo apenas salió de la casa, su presente laboral y el sueño que le falta cumplir

Julieta Poggio y la vida después de Gran Hermano

Cuando se enteró de la convocatoria para el casting no lo dudó, su sueño desde pequeña siempre fue trabajar en los medios y ante sí, se acababa de abrir una propuesta única. Entonces encendió su celular, grabó un video presentación y cruzó los dedos.

Meses después todo cambiaría: su suerte y su vida. Julieta Poggio entraría a Gran Hermano, pasaría cinco meses aislada en una casa televisada las 24 horas, se volvería popular y se quedaría hasta el último día, ocupando el tercer lugar en la final del reality. El resto es un capítulo que tendrá que escribirse de ahora en más, con páginas en blanco que se van llenando pronto porque capacidades no le faltan: tiene talento y carisma, dos factores que combinados pocas veces suelen fallar.

Así, a solo dos meses de poner un pie afuera de la casa más famosa del país, Julieta es la hermanita más requerida por los productores. Fue a la primera de sus compañeros que convocó Marcelo Tinelli para la nueva edición del Bailando 2023 pero “este año no va a poder ser, aunque no pierdo la esperanza de que en próximos años (en los próximos) sí, porque soy bailarina”; ya firmó contrato con José María Muscari para protagonizar Coqueluche, una obra en la calle Corrientes para las vacaciones de invierno; participó durante algunas funciones del fenómeno Fuerza Bruta, acaba de estrenar un programa por streaming con algunos de sus compañeros de convivencia y aseguran que Cris Morena la quiere tener en su próxima ficción.

“La verdad es que estoy muy contenta, estar cumpliendo todo lo que siempre soñé. Mi objetivo para entrar a la casa era por la experiencia, obvio, pero también quizás para dar a conocer un poco mi trabajo que fui haciendo desde chica, estudiando, formándome y que ahora se me estén abriendo tantas puertas es un sueño increíble”, asegura la joven de 21 años en una charla con Teleshow, aún sin poder dimensionar el abanico de ofertas que se le presentan.

En un pequeño estudio de Telefe, en Martínez, desde donde esta semana debutó junto a Daniela Celis, Nacho Castañares y Lucila Tora Villar con su propio programa, Fuera de joda, la actriz y bailarina hace una pausa para contar cómo fue el día después a su salida del reality, desde el reencuentro con su familia y su novio Lucca, hasta volver a tomar su celular; y de qué se aferra para hacer más amena su reinserción a la sociedad.

—¿Te esperabas tanta repercusión? O sea, sabías que se iba a visibilizar tu trabajo, pero esta explosión que se dio, sobre todo con vos…

—No, no lo imaginaba. No teníamos idea de la repercusión que tenía el programa desde adentro de la casa. Quizás un poco nos imaginamos por los gritos, por las marcas que venían a hacer publicidad, pero no teníamos idea de nada. Fue un golpe muy fuerte cuando salimos, pero fue todo muy, muy lindo. Por suerte es hermoso lo que nos tocó vivir.

—Y cuando tuviste que tomar la decisión de entrar a la casa, ¿no pensaste en que ya pasaste el encierro de una pandemia, otra vez volver a vivirlo? ¿No te daba un poco de vértigo eso?

—A mí me encantan los realities y siempre decía que cuando hubiera un Gran Hermano me iba a anotar. Entonces cuando salió la publicidad ni lo dudé.

—Y eso que en la última edición de Gran Hermano vos eras muy chiquita…

—Súper chiquita, claro. Por eso este fue el primero en el que me pude anotar. Busqué algunas imágenes en Youtube, el que fue en la otra emisora (América), que era como el que más reciente tenía, y me encantó, fue muy divertido. Mi paso por la casa lo disfruté, me reí, me llevé muy bien con mis compañeros, entonces por más que fue mucho tiempo se hizo súper llevadero.

—Y se notó que vos disfrutabas realmente de la casa. Mientras que para muchos fue un agobio, vos decías: “no me quiero ir, estoy chocha, tengo pileta, tomo sol, estoy con amigos”, como que lo normalizaste, ¿no?

—¡Totalmente! (Risas) Para mí era mi casa, era mi rutina, era saber que el lunes íbamos al supermercado, que los martes era la prueba del líder, que los miércoles nos tocaba nominar. Era la rutina que viví durante cinco meses y diez días. Una locura. Quizás me costó más que nada en las fiestas, en Año Nuevo, en Navidad, en mi cumpleaños, quizás en el Mundial, que son momentos para conectar un poco más con tu gente, pero bueno, como había bastante buena onda, la pasé súper bien.

“Fuera malas vibras”, la frase que dijo durante la primera nominación y con la que ganó un aluvión de seguidores

—¿Cuando saliste del reality quisiste ver todo, te sentaste a ver las galas o algún momento puntual de tu estadía en la casa, por ejemplo?

—Vi todo por TikTok. ¡Está todo! Ni siquiera me senté a ver una gala completa porque me la paso viendo clips. Creo que si yo no hubiera estado participando, también hubiera sido fan del programa. Ese recurso de los clips son muy divertidos porque te enterás de todo por ahí, cosas que hasta me había olvidado que pasaron, pero está todo documentado. Pero te confieso que es muy raro, es como ver tu vida documentada porque no es que es un programa o una película donde hacés un rol, es tu vida, cómo eras genuinamente, entonces es muy loco. Yo creo que es imposible mantener un personaje tantos meses, a todos nos salió nuestra verdadera personalidad, igual es algo que nunca quise ocultar.

—¿Y seguís descubriendo cosas tuyas que no podés creer que viviste ahí adentro?

—No, lo que me sigue sorprendiendo cada día es la repercusión. Cómo tantas familias vienen al programa, desde nenes chiquitos que nos siguen un montón y que son los fans más lindos que podemos tener porque son los más puros, los más genuinos, los que te ven de una manera tan linda que no se enteran de las fake news o de los bardos. Ellos solo admiran y es hermoso. Hasta las abuelas, que algunas chicas me dicen: “¡Ay Juli, mi abuela te ama! ¡Mandale un beso!”. Es como que fue muy familiar. Entonces, eso me sorprende muchísimo, la repercusión que tuvo. Mis papás están en Europa ahora y hasta los reconocieron allá. Es una locura.

En la casa Julieta se reencontró con su novio, a quien extrañó pese a que todos la quisieron vincular con su compañero Marcos

—Tu familia y tu novio te acompañaron mucho en todos estos meses

—Sí, mis papás se pusieron todo al hombro, así que ahora están descansando, se lo merecen. Mi mamá siempre fue así, me llevaba a todos los castings de chiquita, me preparaba la comidita en un tupper, nos íbamos en tren cuando grabábamos la película también, ella estuvo siempre conmigo. Y obviamente que en este momento es súper importante para mí y mi familia, para ayudarme a tomar decisiones, para guiarme por el mejor camino, para sentirme acompañada.

—¿Y cómo era esa Juli chiquita que quería ser actriz? ¿Qué estudiaste?

—Estudié todo por separado, ¿viste que a veces es mejor? Hice la carrera de danza, soy profe de jazz y de ballet. Estudié muchísimo teatro con un montón de profesores, en una época también estudié mucho canto, porque ahora los artistas tienen que ser 100% completos, tienen que saber canto, baile, dar una vuelta en el aire y caer parado, todo. Entonces me parece muy importante la formación y voy a seguir haciéndolo porque siempre hay que seguir estudiando. Siempre tuve claro lo que quería pero mi mamá quería que estudie una carrera.

—¿Qué quería que estudies?

—Cualquier cosa (Risas). Ella quería que fuera a la universidad y yo pensaba, voy a estudiar algo donde no voy a estar feliz, donde no me voy a sentir plena. Entonces por eso le agradezco a Gran Hermano por la visibilidad que me dio y ahora poder estar trabajando de lo que amo, que no hay nada que me dé más satisfacción y que me haga más feliz que estar sobre un escenario haciendo lo que amo, es increíble.

—Contá un poco lo que se viene entonces, porque parece como que tu día tiene 48 horas…

—Bueno, ahora terminamos con las funciones de Fuerza Bruta, pero vuelvo en vacaciones de invierno con diferentes cuadros a los que hice, así que la gente que ya lo vio puede volver a ver la obra, y la que se quedó con ganas también porque es un show increíble. Empiezo con mis ensayos para Coqueluche, la obra de Muscari, que es un protagónico junto a Betiana Blum. Estoy súper entusiasmada, ya quiero empezar a ensayar, quiero aprender, quiero que me corrijan, quiero sacar lo mejor de mí. Y, bueno, muy contenta porque arrancamos con el streaming, que me voy a probar como conductora y con un proyecto fit con las chicas, Dani y Romi.

—¿Y la amistad con el resto de los hermanitos cómo es? ¿Se ven?

—Más que nada nos vemos quizás cuando tenemos eventos, que nos cruzamos. Gracias a Dios por suerte estamos todos con muchísimo trabajo y con las agendas ocupadas, que es lo mejor que nos podía pasar y lo que todos queríamos. Pero obviamente siempre que tenemos un evento, nos invitamos, tenemos un grupo de WhatsApp, hablamos, nos apoyamos porque también estamos pasando por cosas muy parecidas. Entonces, nada, la verdad que es muy linda la amistad que quedó.

—¿Quiénes son los que más hablan en el grupo de WhatsApp?

—Bueno, yo me hablo mucho con los chicos, con Nacho, con Primo, con Dani, con Romi, con la Tora, con Thiaguito, con ellos pegué la mejor. Bueno, con Alfa también siempre lo veo.

—¿Y cómo llevás esto porque es un cambio muy importante para la vida de una persona? ¿Vas a terapia, meditás, hacés algo en contraposición?

—Lo llevo tranqui. Yo creo que a mí me ha ayudado mucho quizás haber empezado de chiquita, como para tener los pies en la tierra y no irme por las nubes. Y obviamente voy a terapia, hay cosas que al exponer tu vida así, tenés que aceptar que un montón de gente hable de vos, que no te conoce, gente que te quiere, gente que no. Al principio me costó un montón cuando salí y me dieron el celular. Después de cinco meses fue una bomba, me empezó a agarrar como un ataque de ansiedad de ver todo junto. Era muy fuerte ver todo lo lindo y también algunas cosas feas. Entonces obviamente tuve que ir a terapia y cada vez lo llevo mejor.

—¿Te sentís acompañada en ese sentido?

—Sí, súper. Por suerte tengo a mi familia, a mis amigas, a mi novio, que me súper apoyan.

—¿Y cómo fue estar 5 meses sin celular? Porque parece una cosa impensada…

—Y es tranqui porque ya te olvidas ahí. Como nadie tiene y no tenés la necesidad de saber la hora o la fecha o qué están haciendo tus amigos porque no vas a poder estar con ellos es como que no lo necesitás. Es increíble.

—En la casa te apodaron Disney y dijiste varias veces que soñabas con trabajar para Cris Morena. Ahora parece que te quiere convocar para una tira junto a Marcos, ¿qué hay de cierto?

—Obvio, es el sueño del pibe trabajar con ella, ¿quién no lo quisiera? Ojalá se de, me encantaría. También me gustaría conducir y hacer un infantil, porque de verdad tengo mucho feeling con las nenas y con los nenes, y amo a ese público, así que me haría feliz y me re veo.


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