La relación entre Mauro Icardi y Eugenia “la China” Suárez sigue generando titulares, no solo por el romance en sí, sino por las condiciones que, según trascendió en el programa A la tarde, el futbolista habría impuesto en la dinámica de pareja, generando incomodidades en el entorno más cercano de la actriz.
Según reveló la periodista Cora Debarbieri, desde que Icardi ingresó en la vida de la China, se habrían producido cambios notables en su círculo íntimo. Personas que solían acompañarla en momentos clave —como su booker Carolina Nolte y su peluquero y amigo de toda la vida, Juan Manuel Cativa— han desaparecido de la escena pública y privada de la actriz. La última vez que se los vio juntos fue durante las celebraciones de Pascuas, lo que alimentó las versiones de un distanciamiento forzado.
El motivo de este alejamiento, según las fuentes del programa, estaría vinculado a un pedido de Icardi: mayor intimidad y privacidad en la relación. El delantero del Galatasaray habría manifestado ciertas incomodidades respecto a la presencia constante de amigos y colaboradores en la vida cotidiana de su pareja. Este deseo de preservar momentos más privados habría llevado a la China a modificar hábitos que antes eran innegociables para ella.
Lo llamativo es que, en relaciones anteriores, la actriz siempre mantuvo su estilo de vida rodeada de afectos y colaboradores. Viajaba con ellos, compartía eventos y celebraciones, y los integraba a su rutina profesional y personal. Sin embargo, en esta nueva etapa con Icardi, estaría aceptando condiciones que antes no toleraba, lo que ha generado sorpresa entre quienes la conocen desde hace años.
El entorno de la actriz no ha ocultado su malestar. Algunos allegados consideran que la China está cediendo demasiado en pos de una relación que aún está en sus primeras etapas. Otros, en cambio, interpretan estos cambios como una señal de madurez o de una búsqueda de estabilidad emocional. Lo cierto es que el vínculo con Icardi ya ha comenzado a reconfigurar su vida social y profesional.