Luciano Cáceres, reconocido actor argentino, conmovió profundamente al público al compartir una experiencia íntima y espiritual relacionada con su madre, Haydeé, durante su participación en el programa Otro Día Perdido, conducido por Mario Pergolini. En un relato cargado de emoción, Cáceres evocó los últimos años de vida de su madre, marcados por una lucha prolongada contra el cáncer y una conexión que trascendió lo físico, dejando una huella imborrable en su vida.
Durante mucho tiempo, su madre enfrentó la enfermedad con tratamientos médicos convencionales, pero en el último año tomó una decisión que sorprendió a muchos: abandonó la medicina tradicional y se volcó por completo a terapias alternativas, especialmente el Reiki. Esta elección generó en Luciano una mezcla de respeto y frustración, especialmente cuando su madre cayó en coma y la terapeuta de Reiki no pudo asistirla por estar en un retiro espiritual. “Me enojé con el Reiki”, confesó el actor, reflejando el dolor de ver a su madre en un estado crítico sin poder hacer nada.
A pesar de la situación, Luciano comenzó a experimentar una conexión distinta con su madre. Aunque ella ya no podía hablar, él sentía que podía escuchar su voz. En uno de los momentos más impactantes, la encontró sentada, haciendo un gesto con la mano. Al preguntarle qué hacía, ella respondió: “Estoy agarrando a mi ángel, que es una persona muy alta, muy blanca, como de 50 años, que se llama Amor”. Este episodio marcó el inicio de una dimensión espiritual que acompañaría al actor incluso después del fallecimiento de su madre.
En la última semana de vida de Haydeé, Luciano logró que una profesional de Reiki la visitara. Aunque la terapeuta le dijo que no podía hacer nada, lo instó a intervenir él mismo. “Le pongo las manos en las piernas, y empieza a mover las piernas, abre los ojos, y ahí le digo que se agarre fuerte a su ángel, y ahí mi vieja partió”, relató entre lágrimas.
La conexión no terminó allí. Luciano esparció las cenizas de su madre en Villa Gesell, y en una caminata por la playa, una ola depositó un rosario en su pie. Años después, tras sufrir un accidente, una terapeuta de Reiki le transmitió un mensaje inesperado: “Tu mamá hizo mucho esfuerzo para que ese rosario llegue a tus pies”. Desde entonces, el actor lo lleva consigo como símbolo de ese vínculo eterno.
