El clásico Festi Orán está en carrera para aterrizar el 29 y 30 de agosto, gracias a un intenso trabajo para recortar gastos y renegociar con artistas y proveedores. En medio de versiones que lo ponían en riesgo, Aldo Delgado, de GyD Producciones, confirmó que el festival sigue en pie, pero con ajustes en puntos clave para que los números cierren.
La producción está revisando contratos y condiciones con algunos artistas: “Algunos están aflojando, otros no”, admitió Delgado. Además, descartaron el sistema de recarga de tarjetas para bebidas por el alto costo operativo que implicaba. Con estas medidas, buscan aterrizar el presupuesto cercano a $700 millones, clave para asegurar que se realice el festejo al ritmo previsto.
El 29 y 30 de agosto se mantienen como fechas firmes, siempre que se logren los acuerdos para bajar el costo total. El año pasado, el sistema de pago con tarjeta recargable complicó la logística y encareció la gestión, por lo que se volverá a lo tradicional: efectivo y puntos de venta internos. Esto reducirá la carga de infraestructura tecnológica vinculada al servicio de bebidas.
Las renegociaciones abarcan tanto cachets de artistas nacionales como la contratación de técnicos, estructura escénica, sonido, iluminación, catering y seguridad. Según Delgado, lograr reducir un 15 a 20 % en honorarios y gastos habituales puede ser la diferencia entre hacer fiesta o faltar este año.
Según antecedentes de ediciones anteriores, Festi Orán recibe hasta 20.000 asistentes por jornada y ofrece música folclórica, rock y folclore salteño, en un predio municipal que también celebra el aniversario de la ciudad y la fiesta patronal local. Artistas que suelen ser convocados son Chaqueño Palavecino, Las Voces de Orán, Ahyre, Lázaro Caballero, Diableros de Orán, entre otros.
En 2024, el evento duró tres días y convocó gran público con una cartelera variada que combinó nombres consagrados y agrupaciones locales, en sintonía con la mezcla tradicional y moderna del norte salteño.
La comuna y productores confían en que, con los ajustes propuestos, el festival mantendrá su espíritu y vibración regional: será un reencuentro de la comunidad en una edición más austera pero igual de emotiva..