La temporada 2025 de la Fórmula 1 dejó una foto curiosa más allá de los festejos de Lando Norris y la superioridad de McLaren. Al margen del campeonato oficial, surgió el tradicional balance de daños y reparaciones que cada año revela cuánto debieron invertir los equipos para reconstruir sus monoplazas. Esta vez, Alpine quedó al frente de un ranking que ningún equipo desea ganar.
La escudería francesa, que ya venía golpeada por un nivel de rendimiento muy por debajo del promedio, cerró el año con más de 5,3 millones de dólares invertidos en arreglos. La cifra contrasta con su posición en el campeonato de constructores, donde terminó última y sin señales de haber encontrado un rumbo competitivo.
En ese balance tuvo un papel visible el argentino Franco Colapinto. El piloto, que llegó a mitad de temporada como reemplazo de Jack Doohan, acumuló cerca de 1,9 millones de dólares en daños, ubicándose entre los diez competidores con mayor costo generado. Doohan, en apenas seis carreras, aportó más de 2,1 millones, y Pierre Gasly completó el trío de Alpine con alrededor de 1,3 millones.
El detalle carrera por carrera explica parte del número. Colapinto protagonizó incidentes en Imola, Gran Bretaña, Azerbaiyán, Estados Unidos, Brasil y Las Vegas. El más costoso ocurrió en Interlagos, durante la Sprint, cuando perdió el control del auto y se estrelló contra el muro, un golpe que superó el medio millón de dólares en reparaciones.
El ranking general de pilotos también dejó nombres inesperados en los primeros lugares. El brasileño Gabriel Bortoleto encabezó la tabla de daños con casi 4 millones de dólares para Sauber, seguido por Yuki Tsunoda, de Red Bull, con más de 3,4 millones. El propio Norris, campeón del mundo, cerró el podio con cerca de 3 millones, una muestra de que incluso las escuderías líderes no están exentas de incidentes costosos. En el extremo opuesto apareció Max Verstappen, con apenas 450 mil dólares en daños y una temporada particularmente limpia.
El segundo lugar entre los equipos fue para McLaren, que debió invertir alrededor de 5,7 millones, un número que demuestra que el rendimiento deportivo no siempre guarda relación directa con la cantidad de reparaciones necesarias. Los circuitos urbanos, las maniobras límite y el nivel de agresividad de cada piloto influyen de manera decisiva en este tipo de estadísticas.
Para Alpine, el resultado funciona como un síntoma más de un año complejo. Entre problemas de desarrollo, falta de ritmo y constantes modificaciones internas, sus pilotos quedaron expuestos a un escenario donde el margen de error se reduce y cualquier despiste se convierte en un costo significativo. El equipo ya trabaja en su plan para 2026, con la esperanza de mejorar el rendimiento y reducir la frecuencia de incidentes.
En cuanto a Colapinto, la temporada dejó una mezcla de aprendizajes y desafíos. Si bien los números del “campeonato de destructores” lo ubican en un lugar incómodo, su adaptación rápida a la categoría y algunos desempeños sólidos permiten pensar en un crecimiento más estable para el próximo año. Para el automovilismo argentino, su presencia en la grilla sigue siendo un motivo de expectativa y orgullo, aun en un campeonato donde cada error se paga caro.
Mientras la Fórmula 1 avanza hacia una nueva etapa reglamentaria en 2026, estos balances alternativos recuerdan que, detrás de cada carrera, hay un mundo de costos y decisiones que influyen tanto como la velocidad pura. Alpine cerró el año liderando un ranking indeseado y Colapinto, en pleno proceso de consolidación, buscará revertir esa estadística en su segunda temporada completa.
Así quedó el ranking de "destructores" de la temporada 2025 de la Fórmula 1
