El bizcocho japonés es uno de esos clásicos que enamoran por su textura liviana, aireada y húmeda. Para prepararlo, vas a necesitar: seis huevos (separados en claras y yemas), 90 g de harina para repostería, 60 ml de leche, 80 g de azúcar, 40 g de aceite vegetal, una cucharadita de jugo de limón y una pizca de sal. Este bizcocho japonés no lleva levadura ni polvo para hornear; su estructura se logra únicamente batiendo muy bien las claras a punto de merengue.
Primero, precalentá el horno a 150°C y prepará un molde forrado con papel manteca. Batí las yemas con el aceite y la leche, luego agregá la harina tamizada. Aparte, batí las claras con el jugo de limón y la sal, agregando el azúcar de a poco hasta formar un merengue firme. Finalmente, integrá todo con movimientos envolventes para evitar que se baje.
Por último, verté la mezcla en el molde y horneá a baño maría durante 60 a 70 minutos. El bizcocho japonés se cocina lento y parejo para lograr su característica suavidad. Dejá enfriar y desmoldá con cuidado. Este bizcocho es ideal para acompañar con una infusión o simplemente como postre liviano. Una opción encantadora dentro de tus recetas dulces favoritas.
