La molleja es, sin dudas, el corte ideal para incluir en un asado y quedar bien con todos los comensales. Esta achura es muy demandada, pero requiere una técnica precisa para que salga perfecta a la parrilla.
El verdadero secreto para que la molleja salga dorada por fuera y tierna por dentro reside en la paciencia y en la preparación. Este es el truco definitivo para que el corte salga perfecto y se pueda comer sin problemas.
El paso a paso para la molleja soñada
Para alcanzar la cocción adecuada y deleitar a tus invitados, debés seguir un tip clave. El éxito de este corte está en los detalles.
Primero, lavás la molleja entera con agua muy fría para eliminar las impurezas. Luego, debés dejarla reposar sumergida para que pierda los desechos y quede limpia. El secreto es lavarla con agua fría y dejarla reposar.
A la hora de llevarla al fuego, usás sal gruesa y fuego medio-bajo, directo a la parrilla. Nada de apuro ni fuego alto: la paciencia es clave para evitar que la molleja se arrebate o endurezca.
Dorás lentamente hasta lograr una textura crocante por fuera y suave por dentro. Si el fuego está muy alto, la molleja se arrebata y queda dura. La cocción debe ser a fuego medio-bajo hasta que quede crocante por fuera y tierna por dentro.
Secretos de la parrilla que cambian el sabor
Además del truco de la molleja, existen otros consejos importantes para lograr un asado memorable.
- El chorizo: Nunca pinchas el chorizo. Lo girás despacio para mantener el sabor en su interior.
- El chinchulín: Lo lavás con agua fría y lo salás antes de ponerlo al fuego para evitar que se seque.
- El costillar: Cocinás esta pieza por cuatro horas. Tres horas las cocinás del lado del hueso y una hora del otro.
- La carne: Debés sacar la carne de la heladera antes de que vaya al fuego para evitar que se endurezca.