Llega la hora de la merienda, el antojo de algo dulce es incontrolable, pero no querés caer en la tentación de lo ultraprocesado ni pasarte horas en la cocina. Aquí es donde esta receta de muffins de coco te viene a salvar la vida.
Olvidate de la harina, del azúcar y de los ingredientes raros. Esta preparación culinaria es tan simple como efectiva, y te ofrece una alternativa rica, saludable y llena de proteínas para esos momentos en que el dulce te llama.
Tres ingredientes, un resultado sorprendente
El gran secreto de estos muffins es su simplicidad. Vas a necesitar solo tres ingredientes básicos que seguramente tenés en casa:
3 huevos de campo: La base proteica y lo que le dará estructura.
250 g de yogur griego: Aporta jugosidad y un toque cremoso.
200 g de coco rallado: El sabor, la textura y la fibra.
¿Y cómo es que esta receta "salva la merienda"? Simple: es una solución rápida para ese momento de la tarde donde el hambre aprieta y necesitás algo sustancioso. Te aporta proteínas para saciarte, fibra para la digestión y el dulzor justo sin azúcares agregados. Es perfecta para llevar al trabajo, para los chicos después del cole, o para disfrutar con un matecito mientras te relajás.
La preparación más fácil
Precalentá el horno a 180 ºC. (Fundamental para que salgan perfectos)
En un bol, cascá los huevos, agregá el yogur griego y el coco rallado.
Mezclá todo muy bien hasta que los ingredientes se integren por completo. No te preocupes si no queda una masa "perfecta", la magia ocurre en el horno.
Verté la mezcla en un molde para muffins (podés usar los de silicona o los de papel). Si no tenés, unas flaneritas individuales engrasadas funcionan perfecto. Ayudate con una cuchara para darle una forma redondeada.
Horneá durante unos 30 minutos. Recordá que cada horno es un mundo, así que estate atento. Si los ves doraditos y al pinchar con un palillo sale limpio, están listos. Para un toque final, podés espolvorear un poco más de coco rallado por encima.
Con esta receta de muffins de coco, descubrís que comer saludable y rico no es un privilegio de pocos, sino una posibilidad para todos. Es la prueba de que con ingenio y unos pocos ingredientes, podés armar algo delicioso que te cuida y te llena de energía.