Argentina recibió grandes oleadas migratorias que instalaron sus costumbres y raíces en todo el país, y la cocina no fue la excepción. Cada colectividad aportó sus sabores y técnicas, enriqueciendo la gastronomía local con recetas que hoy son parte de la mesa familiar.
Dentro de estas influencias, los alemanes dejaron un gran legado de platos tradicionales que combina tradición y simpleza. Entre sus aportes más característicos se encuentra el spaetzle, una preparación artesanal que conquista por su suavidad y capacidad de acompañar una gran variedad de guarniciones.
Este tipo de pasta fresca se adapta fácilmente a la cocina argentina, ya que puede servirse con carnes, salsas caseras o incluso gratinada al horno. Así, cada bocado une dos mundos: el sabor de la herencia alemana y la calidez de los encuentros en familia típicos de nuestro país.
¿Qué son los spaetzle?
El spaetzle tiene sus raíces en la región de Suabia, al suroeste de Alemania, y su historia se remonta a la Edad Media. Se popularizó como un alimento cotidiano en hogares rurales por su facilidad de preparación y porque requería ingredientes simples y económicos.
Su nombre proviene del alemán “Spätzle”, que significa “pequeños gorriones”, en referencia a la forma irregular de la pasta una vez cocida. Sin embargo, con el paso del tiempo, la receta se expandió por otras zonas como Austria, Suiza y Hungría, adquiriendo variantes locales.
La inmigración alemana llevó estos ñoquis a distintas partes del mundo, incluida Argentina, donde se adaptaron rápidamente a la gastronomía local. En la actualidad, el spaetzle es un plato que conecta la tradición europea con los sabores de los encuentros familiares argentinos.
Receta de spaetzle, los auténticos ñoquis alemanes: ingredientes para 4 personas:
300 gramos de harina común
3 huevos
120 mililitros de agua (aproximadamente)
½ cucharadita de sal
1 cucharada de aceite (opcional)
Manteca
Queso rallado para servir
Paso a paso de la preparación
1- En un bowl grande, colocá la harina y la sal. Hacé un hueco en el centro y agregá los huevos. Mezclá con una cuchara o batidor, incorporando de a poco el agua hasta obtener una masa espesa y elástica, similar a la de un panqueque muy denso. Dejala reposar 10 minutos para que la harina hidrate bien.
2- Llená una olla grande con abundante agua con sal y llevála a hervor suave. Si querés evitar que los spaetzle se peguen, agregá una cucharada de aceite.
3- Podés usar un colador grueso, rallador de spaetzle o incluso una manga pastelera sin pico. Colocá porciones de masa sobre el utensilio elegido y hacelas caer directamente en el agua hirviendo. Las tiras o bolitas de masa se cocinarán en pocos segundos.
4- Cuando los spaetzle suban a la superficie, significa que están listos. Retiralos con espumadera y colocalos en un bowl con un poco de manteca para que no se peguen. Repetí el proceso hasta terminar la masa.
5- Podés servirlos directamente con manteca y queso rallado, mezclarlos con una salsa cremosa, o gratinarlos al horno con queso para un toque más sabroso.
Tips finales para que salgan perfectos:
- Ajustá la consistencia de la masa: si querés spaetzle más firmes, mantené la masa espesa; para una textura más suave y esponjosa, agregá un chorrito extra de agua o leche.
- No descuides el hervor: el agua debe estar bien caliente pero no en ebullición violenta, ya que las burbujas fuertes pueden desarmar la masa al caer.
- Cociná en tandas pequeñas: esto evita que se amontonen y se peguen entre sí. Retiralos apenas suben a la superficie, ya que es la señal de que están listos.
- Dales un toque de sabor extra: una vez escurridos, podés saltearlos en una sartén con manteca, cebolla dorada o panceta, logrando un sabor más intenso y una ligera crocancia.
- Aprovechá para gratinarlos: si querés un plato más contundente, colocalos en una fuente, agregá salsa y queso rallado, y llevá al horno hasta que la superficie burbujee y dore.
- Cómo conservarlos: si querés prepararlos con anticipación, hervilos, pasalos por agua fría, escurrilos bien y guardalos en la heladera hasta 24 horas en un recipiente hermético. Al momento de servir, podés saltearlos o darles un golpe de horno.