Un paquete de polenta rápida nos da muchísimas opciones, con más o menos esfuerzo en la cocina, para servir platos ricos y nutritivos.
La polenta aporta energías, es saciante y no contiene gluten , por lo que a pesar de tener almidones es apta para dietas especiales que evitan las proteínas del trigo. Si a esto le sumamos la frescura de las espinacas, frescas o congeladas, ya tenemos la base de uno de los más ricos pasteles de la cocina familiar, que es como una " falsa tarta".
Para enriquecer el pastel de polenta con espinacas podemos sumar fiambres picados o carnes cocidas como el pollo o el cerdo... En este caso, la proteína la aportan los quesos, que le dan al pastel cremosidad y más sabor.
Pastel de polenta con espinacas
Ingredientes:
Para polenta:
150 g de polenta instantánea
600 cc de agua
1 cucharadita de sal
20 g de manteca
2 cucharadas de queso rallado
Para el relleno:
200 g de espinacas
50 g de queso cremoso o por salut
1 huevo
2 cucharadas de queso rallado
100 ml de crema de leche o queso crema
una pizca de sal
aceite a gusto
Toque especial: pimentón ahumado
Cómo se prepara:
- Lavar las espinacas ( aprox. 2 paquetes) y separar las raíces. En una sartén u olla, saltearlas hasta que se ablanden y reduzcan su volumen. Condimentarlas a gusto ( ajo en polvo, sal, pimienta)
- Para hacer la polenta, llevar a ebullición el agua con sal a gusto. Añadir la polenta en forma de lluvia mientras se revuelve y continuar hasta que vaya espesando y hierva, unos 2-3 minutos. Agregarle la manteca y el queso rallado, revolver bien y retirar del fuego.
- En una fuente para horno engrasada ( es ideal una tartera) con un chorrito de aceite, poner la polenta recién hecha, Disponerla en la base y formar bordes bastante anchos, de unos 2 cm. Dejarla enfriar.
- En un bowl, bate el huevo con el queso rallado, la crema o leche ( 50 cc). Cortar en rodajitas o cubos el queso cremoso. - Poner esta mezcla en la fuente con polenta, llenando el espacio que se creó antes. Luego repartir las espinacas y el queso en cubos.
- Hornear el pastel a 200 ° C durante unos 20 minutos o hasta que esté dorado. ¡Ya está listo para comer!