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Israel anunció que tomará el control completo de Gaza y lo entregará a "fuerzas árabes"

Netanyahu confirmó que Israel controlará toda la Franja de Gaza, pese al rechazo interno y externo. Plantea cederla a "fuerzas árabes", sin especificar cuáles ni cuándo

Israel anunció que tomará el control completo de Gaza y lo entregará a "fuerzas árabes"

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que Israel tomará el control completo de la Franja de Gaza, aunque negó que su intención sea gobernar el territorio en forma permanente. "Tenemos la intención", respondió en una entrevista con Fox News, al ser consultado sobre si el gobierno israelí planea controlar “toda Gaza”.

 

Netanyahu aseguró que no busca “conservarla” ni “gobernarla”. Según sus palabras, Israel establecerá “un perímetro de seguridad” y luego transferirá el control a “fuerzas árabes que lo gobernarán adecuadamente sin amenazarnos y ofreciendo a los gazatíes una buena vida”. No precisó qué países o actores conformarían esa fuerza.

La entrevista fue realizada poco antes de una reunión del gabinete de seguridad israelí, donde se discutió un nuevo plan de guerra. Medios locales señalaron que ese plan incluiría el desplazamiento forzoso de cientos de miles de personas desde Ciudad de Gaza hacia la zona de Al-Mawasi, en el sur del enclave, así como la ocupación de campamentos de refugiados y otras áreas centrales donde las tropas israelíes han operado poco hasta ahora.

Netanyahu reafirmó que el objetivo central de su ofensiva sigue siendo “la destrucción completa de Hamás y el retorno de todos los rehenes”. Según estimaciones oficiales, las milicias palestinas —calificadas como grupo terrorista por EEUU y la Unión Europea— aún retienen a 50 personas, de las cuales unas veinte seguirían con vida.

El anuncio generó rechazo dentro y fuera de Israel. “La ocupación de Gaza es una muy mala idea”, declaró el líder opositor Yair Lapid tras una reunión informativa con el primer ministro. “El pueblo de Israel no está interesado en esta guerra. Vamos a pagar un precio demasiado alto, tanto en vidas humanas como en miles de millones de shekels del contribuyente israelí”.

Críticos del plan advirtieron sobre el costo humanitario y económico que implicaría una ocupación total. El economista Esteban Klor, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, estimó que Israel debería destinar unos USD 10.000 millones anuales —el 2% de su PBI— para cubrir las necesidades básicas de la población gazatí, como alimentos, agua, electricidad y servicios médicos.

También expresaron su rechazo los familiares de los rehenes, que protestaron frente al gabinete. "Nuestros seres queridos enfrentan un peligro inmediato", alertó el Foro de Familias de Rehenes y Desaparecidos.

Desde las fuerzas armadas surgieron cuestionamientos similares. El jefe del Estado Mayor, Eyal Zamir, se opone a una ocupación completa y advirtió que podría responder a una estrategia de Hamás para agotar a las tropas israelíes. El exministro de Defensa, Yoav Gallant, también había desaconsejado ese curso de acción antes de ser removido de su cargo por el propio Netanyahu.

Actualmente, Israel ya controla aproximadamente el 75% del territorio de Gaza, pero solo a una fracción de su población, estimada en más de dos millones de personas, muchas de ellas desplazadas.

La estrategia bélica israelí enfrenta crecientes cuestionamientos internacionales. Francia y el Reino Unido anunciaron que reconocerán formalmente al Estado palestino en septiembre. A su vez, una coalición de 28 países —entre ellos Italia, Canadá, España, Japón y Bélgica— pidió el cese inmediato de las hostilidades.

En paralelo, Estados Unidos analiza aumentar su participación en la distribución de ayuda humanitaria en Gaza, donde persiste una grave crisis alimentaria. El embajador estadounidense Mike Huckabee anunció que el número de centros de asistencia de la Gaza Humanitarian Foundation —una iniciativa privada respaldada por Washington— pasará de cuatro a dieciséis y podría operar las 24 horas.

Sin embargo, la iniciativa ha sido cuestionada por agencias de la ONU y otras organizaciones humanitarias, que la consideran una violación al principio de neutralidad. La entrega de ayuda se produce en medio de zonas de combate activas y ya ha causado cientos de muertes, según fuentes sanitarias palestinas. El ejército israelí reconoció que disparó contra personas que se acercaron demasiado a sus posiciones, pero sostuvo que las cifras reportadas están infladas.

La ONU advirtió que la ejecución del nuevo plan de Netanyahu tendría “consecuencias catastróficas” para la población civil gazatí. La ofensiva, que ya lleva 22 meses, no logró hasta ahora liberar a los rehenes ni forzar la rendición de Hamás. Pese a ello, el gobierno israelí apuesta a una nueva fase de presión militar sin respaldo claro en la comunidad internacional ni en su propia ciudadanía.


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