En un giro notable, Nike acaba de estrenar una campaña publicitaria centrada en valores domésticos tradicionales y emociones cotidianas, dejando atrás los mensajes ideológicos progresistas que marcaron su imagen en la última década. El nuevo anuncio muestra a un padre jugando al golf con su hijo bebé, acompañado por el mensaje «Vos ya ganaste». Esta orientación contrasta con campañas anteriores, donde la diversidad corporal o identitaria era protagonista. La transformación marca un replanteo profundo: la marca prioriza ahora lo familiar y lo universal, desplazando lo ideológico.
Una tendencia global acompaña este viraje: numerosas empresas estadounidenses están recortando o eliminando sus programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), y reduciendo su activismo LGBTQ+. Firmas como Walmart, Meta, Amazon, Ford, McDonald’s, Toyota y Harley‑Davidson han suprimido iniciativas DEI, retirado patrocinios del Pride y modificado su estética para evitar asociaciones con el “wokismo”. La influencia del ambiente político, incluidas órdenes ejecutivas de Donald Trump, y una percepción creciente de riesgo reputacional están acelerando este giro estratégico.
Según estudios del Ipsos Pride Report 2025, entre 2021 y 2025 el respaldo a campañas empresariales orientadas a la igualdad LGBTQ+ cayó del 49 % al 41 %; la oposición firme a esas iniciativas no creció significativamente, pero sí se observa un cansancio en la narrativa. Mientras tanto, consultores en marca advierten que asociarse a causas polarizantes genera riesgo de alienar amplios sectores del público. Dentro de este contexto, Nike opta por un regreso a su propio legado emocional, apostando a historias de esfuerzo personal y afecto familiar.
Este ajuste responde también a una situación económica crítica para la empresa: el descenso de ventas online en 2024 alcanzó casi 20 %, y la competitividad con marcas como Hoka u On Running aumentó la presión. La nueva estrategia busca reconectar con consumidores que reclaman autenticidad, sin señales políticas explícitas.
Impacto en las marcas globales
Nike no está sola en este viraje: Directivos de Harvard, Meta, Coca-Cola, Bud Light y otras firmas influyentes han respondido a pérdidas económicas o presión política cesando sponsorización de temas sexual‑diversos y recortando iniciativas de inclusión identitaria. “Go woke, go broke” se volvió lema entre analistas que relacionan activismo corporativo con pérdidas de mercado. Aunque todavía hay marcas como Ben & Jerry's que mantienen postura progresista, la corriente general apunta a la neutralidad discursiva.