En medio de las gestiones del gobierno argentino para destrabar un paquete de asistencia económica por 20 mil millones de dólares, un grupo de senadores demócratas le pidió al presidente Donald Trump que suspenda de forma inmediata cualquier ayuda financiera a la gestión de Javier Milei. La medida, sostienen, perjudica a los productores estadounidenses y responde a una maniobra política personal del mandatario.
El reclamo, impulsado por figuras clave del Congreso, acusa al gobierno argentino de haber eliminado retenciones para favorecer al agro local, lo que habría afectado directamente a exportadores de soja de EE.UU., en especial frente a competidores como China. Según denunciaron, tras el anuncio del posible rescate financiero, compradores asiáticos adquirieron decenas de cargamentos argentinos, desplazando a los productores estadounidenses.
Los legisladores también pusieron el foco en la relación personal entre Trump y Milei, al advertir que esta ayuda podría interpretarse como una injerencia electoral en beneficio de un aliado ideológico. En plena campaña por las elecciones de medio término en EE.UU., el tema encendió la alarma entre sectores agrícolas que forman parte del electorado clave del expresidente.
Desde la Casa Rosada, se sigue el tema con cautela. El equipo económico confiaba en que el respaldo del Tesoro norteamericano ayudaría a abrir nuevas vías de financiamiento y mejorar el acceso al crédito. En provincias como Salta, donde la recesión se siente con fuerza, cada decisión en Washington impacta directamente en la posibilidad de activar proyectos, sostener empleos y reanimar la actividad productiva.
Por ahora, el futuro del acuerdo está en suspenso. La presión política interna en Estados Unidos podría frenar o demorar un desembolso que el gobierno argentino considera clave. En tanto, sectores rurales y pymes del norte siguen esperando que el respaldo internacional se traduzca en mejoras concretas para las economías regionales.