Ivana Smit tenía solo 18 años cuando murió en diciembre de 2017 en circunstancias que nunca terminaron de esclarecerse.
La joven modelo cayó desde un piso 20 tras haber participado en un encuentro sexual con un magnate estadounidense de las criptomonedas, Alexander Amado Johnson, y su esposa Luna. Aunque el caso fue cerrado como una sobredosis accidental, este martes la Justicia dio un giro inesperado: determinó que hubo errores graves y negligencia en la investigación policial.
El fallo reabre un caso que, desde el inicio, estuvo rodeado de misterio, contradicciones y versiones poco creíbles. La familia de Ivana, especialmente su madre, Christina Verstappen, nunca creyó que la muerte hubiese sido accidental. Y ahora, tras años de lucha, obtuvo una respuesta judicial que respalda sus sospechas.
Una noche de lujo, sexo y tragedia
La noche del 6 de diciembre de 2017, Ivana fue invitada al lujoso departamento de Johnson y su esposa, ubicado en Kuala Lumpur, Malasia. Según las declaraciones del matrimonio, mantuvieron relaciones sexuales consensuadas con la joven. Después, aseguraron haberse quedado dormidos. Pero horas más tarde, el cuerpo de Ivana apareció en el balcón del sexto piso, tras haber caído desde el vigésimo.
Cuando la policía llegó al lugar, encontraron a Ivana semidesnuda. La escena era tan impactante como confusa. A pesar de las dudas que rodeaban el caso, la versión oficial en ese momento fue que la modelo había muerto por una sobredosis y que la caída había sido accidental.
Fallos policiales y omisiones clave
El reciente fallo judicial dejó en evidencia múltiples errores en la investigación original. Entre ellos, la falta de pruebas toxicológicas completas, inconsistencias en las declaraciones y un análisis forense superficial. También se criticó que la escena del crimen no fue resguardada adecuadamente ni se investigó a fondo el entorno de la víctima.
Para la familia de Ivana, estas omisiones siempre fueron indicios de algo más oscuro. “Nunca creí que mi hija se hubiese tirado sola ni que todo fuese producto de una droga. Ella era fuerte, feliz y tenía planes”, declaró su madre, que desde el primer día impulsó una investigación paralela con abogados internacionales.