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CIENCIA PURA

Un científico asegura haber resuelto el misterio del Triángulo de las Bermudas

Un experto británico sostiene que las desapariciones en esta zona no se deben a fuerzas sobrenaturales, sino a olas gigantes.

Un científico asegura haber resuelto el misterio del Triángulo de las Bermudas

Durante más de un siglo, el Triángulo de las Bermudas fue terreno fértil para leyendas, especulaciones y teorías paranormales. Desapariciones de barcos y aviones sin rastros alimentaron la idea de una zona maldita en el Atlántico norte. Pero ahora, un investigador británico asegura haber encontrado una explicación tan simple como contundente: olas gigantes.

Simon Boxall, oceanógrafo de la Universidad de Southampton, sostiene que muchos de los incidentes atribuidos a causas misteriosas podrían explicarse por la aparición repentina de olas de hasta 30 metros de altura. Estas formaciones, conocidas como “olas monstruo”, son fenómenos extremos que se producen en mar abierto y que pueden hundir incluso a los buques más grandes en cuestión de minutos.

Según explica, estas olas no siguen patrones previsibles, pueden venir desde distintas direcciones y aparecen con poca o ninguna advertencia. Su peligrosidad radica tanto en la fuerza que ejercen como en la pendiente abrupta que generan, capaz de partir una embarcación por la mitad si queda suspendida entre dos crestas.

Boxall cita como ejemplo la desaparición del USS Cyclops, un buque de carga estadounidense que se perdió en 1918 con más de 300 personas a bordo mientras cruzaba la región. Su equipo construyó un modelo a escala del barco y demostró que una ola gigante, al impactar en la zona media de la nave, podría haber causado su hundimiento sin dejar rastros ni tiempo para emitir una señal de socorro.

La teoría contradice décadas de ideas que involucraban ovnis, campos magnéticos anómalos o portales a otras dimensiones. Sin embargo, para la ciencia actual, estas explicaciones carecen de sustento. Las olas gigantes, en cambio, sí han sido registradas en distintas partes del mundo y son objeto de estudios desde hace años. Recién en 1995, una boya noruega logró medir oficialmente una de estas formaciones, lo que abrió un nuevo campo de investigación.

Además, organismos como la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica) y aseguradoras marítimas como Lloyd’s de Londres coinciden en que la tasa de accidentes en el Triángulo de las Bermudas no supera a la de otras rutas de navegación de alto tránsito. Muchas de las desapariciones, aseguran, se deben a causas naturales, errores humanos o condiciones meteorológicas complejas.

Las olas gigantes pueden alcanzar
 

La nueva hipótesis no apaga del todo la fascinación, pero sí aporta una explicación más concreta y basada en fenómenos reales.

Lejos de eliminar el mito, esta teoría científica lo pone en perspectiva. Las olas gigantes no son ciencia ficción: son una amenaza silenciosa y aún poco comprendida por la ciencia. Su presencia en distintos océanos refuerza la idea de que, muchas veces, los misterios del mar tienen respuestas naturales, aunque igual de impactantes que cualquier historia de ciencia ficción.

Así, mientras miles de barcos y aviones cruzan el Triángulo cada año sin inconvenientes, las investigaciones como la de Boxall ayudan a comprender mejor los riesgos reales del océano. Y, al mismo tiempo, desmitifican uno de los relatos más intrigantes del siglo XX.


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