A menos de una semana de las elecciones nacionales, el PRO volvió a quedar en el centro de la escena política. Cinco diputados alineados con Patricia Bullrich decidieron romper con el bloque que encabeza Mauricio Macri en la Cámara de Diputados y pasar a integrar la bancada oficialista de La Libertad Avanza, junto a otros dos legisladores electos en los últimos comicios.
Los nombres que marcaron el quiebre son Damián Arabia, Sabrina Ajmechet, Laura Rodríguez Machado, Silvana Giudici, Patricia Vázquez, y los recién electos María Luisa González Estevarena y Carlos Almenda. Con esta movida, el bloque que responde a Javier Milei sumará representación en el Congreso, consolidando su peso político en la antesala del recambio legislativo del 10 de diciembre.
La decisión cuenta con el aval de la ministra de Seguridad, quien mantiene fuertes diferencias con Macri desde hace meses. El distanciamiento se profundizó tras lo que en su entorno califican como “errores estratégicos” del expresidente, entre ellos la expulsión de Arabia del PRO y la falta de respaldo durante la campaña porteña.
En el bullrichismo aseguran que el paso a La Libertad Avanza es una respuesta natural al nuevo escenario político. “La sociedad marcó el rumbo del cambio”, sostienen cerca de la ministra, convencidos de que el oficialismo libertario expresa hoy el espacio de poder que canaliza esa demanda. Los diputados que se suman al bloque de Milei ya habían mostrado afinidad con el gobierno, aunque sin formalizar su alineamiento para evitar tensiones prematuras.
La ruptura también deja al descubierto el desgaste interno del PRO, un partido que desde la salida del poder en 2019 arrastra divisiones sobre su rumbo y liderazgo. En este contexto, Bullrich emerge como una figura con peso propio dentro del gobierno nacional, mientras Macri intenta preservar el control partidario con la vista puesta en 2027.
El enfrentamiento entre ambos viene acumulando capítulos. En agosto, Macri firmó la expulsión de Arabia del PRO, junto al dirigente Pablo Walter, bajo el argumento de “inasistencias reiteradas” al Consejo partidario. Sin embargo, en los hechos, la sanción respondió al acercamiento de ambos con el espacio libertario. Esa decisión terminó siendo el punto de quiebre para un grupo de legisladores que ahora formalizan su salida.
La situación no sorprende en el entorno de Cristian Ritondo, jefe del bloque macrista, donde ya daban por hecho el alejamiento de los bullrichistas. La bancada perderá representación a partir de diciembre, cuando los nuevos diputados asuman y se consolide el interbloque libertario, que busca mayor músculo político para impulsar las leyes del oficialismo.
El malestar también tiene raíces en la campaña porteña. Bullrich se sintió desairada por el expresidente y por Jorge Macri, a quienes acusa de haber jugado en contra durante la elección. La ministra considera que el PRO priorizó sus intereses en Buenos Aires y dejó sin apoyo al interior del país, una queja recurrente entre los dirigentes que la acompañan.
En paralelo, Mauricio Macri intenta recomponer el vínculo con Milei, luego de un período de distancia. En los últimos días, el expresidente sostuvo que el gobierno necesita “más gestión y diálogo”, aunque coincidió con la orientación económica libertaria y defendió una agenda de reformas, desregulación y reducción del gasto público.
Macri también adelantó que el PRO presentará candidato propio en 2027, señal de que no piensa ceder el control político del espacio. “El PRO está más vivo que nunca”, dijo recientemente, aunque la fuga de legisladores muestra que la unidad del partido atraviesa su momento más crítico desde su creación.
La salida del sector bullrichista no solo fortalece a La Libertad Avanza dentro del Congreso, sino que también redefine el mapa de la oposición. Con el PRO fracturado, el exmandatario deberá reordenar sus filas y enfrentar el desafío de mantener la cohesión de un espacio que, por primera vez, ya no se reconoce bajo un liderazgo único.