Tras el fallo que ordena a Cristina Kirchner a cumplir su condena por la causa Vialidad en prisión domiciliaria, una pregunta se instaló rápidamente en el escenario político y mediático: ¿puede la expresidenta salir al balcón a saludar a la militancia?
El fallo del Tribunal Oral Federal 2, integrado por los jueces Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, no solo concede el beneficio de cumplir la pena en su domicilio de San José 1111, en el barrio porteño de Constitución. También detalla condiciones claras y específicas sobre sus movimientos y conductas mientras permanezca en ese régimen.
La decisión judicial impone una serie de reglas de conducta obligatorias:
- Cristina Kirchner debe permanecer en su domicilio sin excepción, salvo en casos de fuerza mayor o con autorización judicial expresa.
- Tiene prohibido perturbar la convivencia del vecindario, lo que incluye ruidos, actos públicos o cualquier manifestación que altere el entorno.
- En un plazo de 48 horas, deberá entregar una lista de personas autorizadas a ingresar al domicilio: familiares, abogados, médicos u otros.
La pregunta clave
En ese marco, los saludos desde el balcón, tan característicos en los últimos días, quedaron en el centro del debate. ¿Puede volver a hacerlo? La respuesta es no, salvo que cuente con autorización judicial específica.
Cualquier gesto hacia la militancia desde el balcón, ventana o espacios visibles desde la vía pública puede ser considerado una transgresión al régimen de detención domiciliaria. Si eso ocurre, el tribunal deberá intervenir en caso de recibir una denuncia o de que los hechos sean constatados por las autoridades encargadas de la supervisión.
Control y monitoreo
La ex presidenta utiliza una tobillera electrónica con monitoreo permanente. Esta condición fue solicitada por el Ministerio Público Fiscal para garantizar un control estricto de la medida, y aceptada por el TOF2. La Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal tendrá a su cargo la supervisión y deberá remitir informes trimestrales al tribunal.
De esta manera, si bien Cristina Kirchner podrá cumplir la pena en su casa, sus apariciones públicas, incluso simbólicas, están bajo estricto control judicial.