El Gobierno se plantó el objetivo de eliminar las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) este 2025 durante estas próximas sesiones extraordinarias y, contrarreloj con los plazos electorales, se afronta a un Congreso dividido que por ahora asoma una tendencia a suspenderlas antes que derogarlas. Con la idea de reducir el gasto, el proyecto de Javier Milei también contempla una modificación del financiamiento de los partidos políticos que pesará fuerte en las negociaciones; ¿podría terminar en otro veto?
El texto titulado “Reforma para el fortalecimiento electoral” todavía no fue debatido en comisiones, por lo que el grado de consenso parlamentario por ahora es especulativo. De parte del oficialismo agitan desde el año pasado que cuenta con el apoyo del peronismo, pero las pronunciaciones del espacio opositor, si bien se alinean con los intereses de Milei, no determinan una posición firme ante la eliminación.
Son 150 millones de dólares de ahorro los que se ponen en juego, según el jefe de Gabinete, Guillermo Francos. A la eliminación de las PASO también se suma un apartado que se dedica al financiamiento de los partidos: la propuesta es que los privados se encarguen de financiarlos, con un mínimo aporte estatal que se reduce al aporte anual del Fondo Partidario Permanente. De esta manera, el Estado dejaría de financiar la campaña política de los partidos.
Los aportes privados también tendrían sus limitaciones, según el proyecto. En primer lugar, habría un tope de inversión por persona física o jurídica, equivalente al 35% del Fondo Partidario Permanente, y prohibiciones a quienes estén procesados por lavado de activos, terrorismo, narcotráfico y otros delitos.
“Parece un proyecto pensado para la Ciudad de Buenos Aires”, criticó con dureza un diputado del PRO que tiene línea directa con el Presidente, en diálogo con BAE Negocios. Del entorno oficialista también reconocieron ante este medio que es muy probable que ese punto no reclute mayores consensos, pero en Casa Rosada no se muestran inflexibles: “Nosotros vamos a por todo, y después que salga lo que tenga que salir”, dijeron desde un despacho en Balcarce 50.
Sin embargo, nada garantiza que el jefe de Estado no vete el proyecto si este no cumple con su pretensión inicial. Luego de que fuentes del Gobierno plantearan como Plan B aceptar la suspensión de las PASO en vez de su eliminación, estos últimos días los portavoces gubernamentales empezaron a insistir todavía más con la idea de derogarlas definitivamente. El principal motor para mantener la suspensión en la posibilidad de reflotar la idea de eliminarlas el próximo año, cuando La Libertad Avanza deje de ser minoría en el Congreso. Lo que será decisivo es que no alteren el espíritu de la norma con la eliminación de la obligatoriedad (PAS) -algo que planteó el PRO y también Encuentro Federal, aunque la UCR rechazó de raíz-.
Los votos más ponderosos están en el PJ ya que necesitan de la mayoría absoluta de ambas cámaras para poder aprobarlo y, sin ellos, no es posible: Unión por la Patria tiene 98 bancas para aportar en Diputados y 34 en el Senado. El Frente Renovador ya ha tomado iniciativas para eliminar las PASO y los que responden a los oficialismos de las provincias también van en ese sentido, aunque no sea con el objetivo de reducir el gasto, sino para ordenar a dedo las candidaturas. Sin embargo, hay un sector no se quiere prestar a derogar una ley del expresidente Nestor Kirchner.
El PRO y la UCR, los dos sectores aliados del oficialismo en el parlamento, desde un principio se mostraron en contra de derogar las PASO, pero últimamente comenzaron a haber posturas fragmentadas. El PRO dio un giro cuando el jefe de Gobierno, Jorge Macri, impulsó la eliminación de las PASO en la Ciudad de Buenos Aires: “Vamos a debatir el tema al interior del bloque para tener una posición unificada, que puede ser similar a la adoptada por la Ciudad”, advirtieron desde el bloque de la Cámara de Diputados.
De todos modos, el porteño agregó en declaraciones radiales que, por ahora, el foco va a ser avanzar en la suspensión: "No me parece que la discusión tiene que ser la eliminación o nada", dijo en diálogo con CNN radio hace dos semanas. Las posturas de dividen con los diputados más afines a Milei y a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Por su parte, en la UCR también empezaron a distanciarse los diputados más violetas que, tras una reunión con el Jefe de Estado, empezaron a contemplar la suspensión.