La contundente victoria de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas de este domingo, en un marco de hiperpolarización, dejó sin margen a las terceras vías, que obtuvieron resultados muy bajos en casi todas las provincias. Desde Provincias Unidas —el frente de los gobernadores— hasta las fuerzas provincialistas, el duelo planteado entre libertarios y peronismo dejó fuera de competencia a quienes buscaban abrirse paso por la avenida del medio.
De acuerdo al escrutinio provisorio, la escudería del presidente Javier Milei arañó el 41% de los votos a nivel nacional, contra el 31,7% del peronismo con sus distintas vertientes. Entre ambos sellos se repartieron poco más del 70% del electorado, mientras que el resto se diluyó entre las opciones menores.
Provincias Unidas, sin impulso federal
Las luces de escena se posaron sobre Provincias Unidas, el flamante espacio que nuclea a los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Ignacio Torres (Chubut), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy) y Claudio Vidal (Santa Cruz). El frente se presentaba como una locomotora federal que buscaba irrumpir en el debate nacional, pero se desinfló antes de tomar velocidad: apenas pudo imponerse en territorio correntino, y por un escaso margen. En los otros cinco distritos que administra sufrió derrotas altisonantes.
En Santa Fe, Pullaro estrenó la marca PU con la postulación de su vice, Gisela Scaglia, como gran apuesta. No funcionó. El oficialismo local quedó tercero con un escueto 18,3%, superado por LLA (40,6%) y Fuerza Patria (28,7%). La derrota sorprendió incluso dentro del oficialismo santafesino, que había ganado todas las elecciones provinciales previas del año, incluidas las constituyentes. El pullarismo apenas ganó en el departamento de San Javier; el resto de la provincia se pintó de violeta.
El panorama no fue mejor para el cordobés Llaryora. Ni siquiera la postulación de Juan Schiaretti logró blindar al espacio frente al avance libertario. El tres veces gobernador obtuvo el 28,2%, contra el 42,3% de los libertarios. Schiaretti intentó ver el vaso medio lleno y destacó que su fuerza ganó una banca —tres en total—, aunque el saldo terminó siendo escaso para una apuesta con proyección nacional.
En la región patagónica, el chubutense Ignacio Torres y el santacruceño Claudio Vidal también retrocedieron. En Chubut, Despierta Chubut quedó tercero y perdió el escaño en Diputados que ponía en juego. En Santa Cruz, el oficialismo provincial cayó al tercer puesto, mientras que el peronismo recuperó terreno y los libertarios sumaron una banca.
En el norte, Carlos Sadir no pudo repetir los resultados de las provinciales jujeñas, y solo Corrientes, bajo la conducción de Gustavo Valdés, logró un resultado positivo. Allí, Vamos Corrientes ganó voto a voto ante la outsider Virginia Gallardo y retuvo una de las dos bancas en disputa. La banca fue para Diógenes González, representante de Vamos Corrientes, mientras que las otras correspondieron a LLA y Fuerza Patria. Fue el único distrito administrado por PU que terminó teñido de naranja.
Fuera de esos territorios, el frente también compitió en Mendoza, Tierra del Fuego, San Juan, CABA, Buenos Aires, La Rioja, San Luis y Chaco. De ese pelotón, solo Martín Lousteau logró entrar al Congreso por la Ciudad de Buenos Aires. En total, Provincias Unidas consiguió ocho bancas en Diputados, lejos de las expectativas iniciales de sus armadores, que aspiraban a duplicar ese número.
Los provincialismos también retroceden
La caída fue general. En Río Negro, el gobernador Alberto Weretilneck perdió toda su representación en el Congreso: el diputado Agustín Domingo y la senadora Mónica Silva quedaron fuera tras la polarización. El peronismo ganó en la Cámara alta con Martín Soria y Ana Marks, y los libertarios ingresaron con Lorena Villaverde.
El neuquino Rolando Figueroa cerró la jornada con sabor agridulce: su frente La Neuquinidad quedó segundo, aunque logró ubicar a Julieta Corroza en el Senado y a Karina Moureira en Diputados, dos bancas que le dan representación propia en el Congreso por primera vez.
En Misiones, el oficialismo del Frente Renovador de la Concordia también retrocedió. Obtuvo el 30% y sólo logró colocar a Oscar Herrera Ahuad en la Cámara baja, frente al 37% de LLA, que consiguió dos escaños. En mayo, el espacio misionero había ganado los comicios locales; ahora, el escenario se invirtió.
En Salta, Gustavo Sáenz consiguió salvar la ropa: su alianza Primero los Salteños quedó segunda con el 33,5% y colocó a Flavia Royón en el Senado. Los libertarios se impusieron con el 38,3%, mientras que Fuerza Patria, encabezada por Juan Manuel Urtubey, obtuvo apenas el 12,2% y se quedó sin representación.
Un tablero político de dos colores
El balance nacional dejó un mensaje claro: la polarización borró los matices. Las terceras vías que intentaron ocupar el centro político no lograron romper el eje libertario-peronista. En el nuevo Congreso, los espacios intermedios quedaron reducidos a expresiones testimoniales y las provincias que apostaron por un armado propio volvieron a depender de las mayorías nacionales.
La ola violeta no solo arrasó con las expectativas de los gobernadores federales: también redefinió el mapa político argentino, donde por ahora, el centro parece no tener lugar.