Internada en terapia intensiva, todavía con asistencia respiratoria mecánica, la ex campeona mundial de 47 años está hemodinámicamente estable. El martes sufrió una traqueotomía sin complicaciones, destinada a disminuir la sedación y así evaluar con mayor precisión sus reflejos neurológicos.
El director del hospital, Dr. Bruno Moroni, confirmó que la intervención fue exitosa y destacó que se han observado “signos de respuesta motora a la orden” en el hemicuerpo derecho, lo que indica que el tronco encefálico no estaría comprometido. La paciente, sin embargo, presenta parálisis en el lado izquierdo como secuela del ACV.
De acuerdo con el jefe de la UTI, Néstor Carrizo, Oliveras se encuentra en una “fase de lucha por sobrevivir”. Aunque su estado clínico y neurológico se mantiene estable, la lesión cerebral es grave. Según explicó la neuróloga Daiana Dossi (Fleni), todavía es muy temprano para evaluar secuelas definitivas, ya que los signos pueden fluctuar durante esta etapa crítica.
Según especialistas, el origen del ACV estuvo vinculado a una patología vascular no controlada: estrechez significativa en la arteria carótida derecha, con placa de ateroma y calcio, sumada a hipertensión mal tratada.
Además, este sábado su hermano Jesús narró un momento emotivo que generó ilusión en la familia: durante una visita, a pedido de su hermana Roxana, Oliveras respondió apretando su mano tras escucharla, lo que confirmó cierto grado de conciencia.
Huellas del ACV: cirugía, respuestas motoras y un hilo de esperanza
Los médicos destacan que el proceso será largo: requerirá rehabilitación con kinesiólogos y terapistas ocupacionales, enfocada en recuperar función motora, cognitiva y visual. La plasticidad neuronal a su favor y su condición física previa son factores positivos.
Marcela “La Tigresa” Acuña, ex rival y hoy colega y referente en boxeo femenino, expresó su sorpresa por la gravedad del cuadro y aclaró que el ACV no tiene vínculo directo con los golpes sufridos en su carrera deportiva. Agregó que le duele verla así, aunque valoró la reconciliación reciente que habían tenido.
La familia también realizó una convocatoria para un abrazo solidario frente al hospital, en una muestra de apoyo colectivo que refleja el cariño que “Locomotora” cosechó a lo largo de su trayectoria.
En resumen: aunque el camino parece cuesta arriba, una mínima mejoría motora y las señales de conciencia ofrecen un motivo para seguir con atención su evolución en los próximos días. Si bien las secuelas neurológicas parecen inevitables, su espíritu intacto mantiene encendida la esperanza de que siga inspirando desde donde sea.