Este jueves se dio inicio al juicio oral contra Gustavo García Viarengo, acusado de matar a Nahir Klimasauskas, su pareja de 23 años. El caso ocurrió en febrero de 2023, cuando el cuerpo de la joven fue hallado sin vida en el patio de un edificio, tras caer desde un cuarto piso. Desde el primer momento, la versión del acusado fue puesta en duda por la familia de Nahir, que exige justicia y asegura que no se trató de un suicidio.
En la apertura del juicio, realizada en los tribunales de Orán, Viarengo declaró por primera vez ante el tribunal. Negó haber asesinado a Nahir y sostuvo que la relación que tenían, aunque marcada por discusiones, no era violenta. Sin embargo, sus palabras contrastan con los duros testimonios que surgieron en la sala.
Durante su intervención, Viarengo describió su vínculo con Nahir como una relación “con altibajos”. Dijo que ella sufría de depresión y tomaba medicación, y que él trataba de acompañarla. También mencionó que la joven estaba atravesando un momento difícil y que su madre era “la única que siempre estaba presente”, mientras que el resto de la familia, según él, no la contenía.
Sobre la noche del hecho, relató que ambos habían salido a bailar y luego asistieron a un after. Ya en su departamento, discutieron, y según su versión, Nahir rompió su celular en medio de un ataque de ira. Afirmó que llamó a la madre de la joven para que interviniera, le pasó el teléfono a Nahir y, poco después, escuchó un ruido fuerte. Salió al balcón y la encontró sin vida en el patio interno del edificio.
La parte más controvertida de su testimonio fue cuando contó que, tras encontrar el cuerpo, decidió marcharse: "No quería tener problemas", dijo. Fue a buscar a un primo en una cantera cercana antes de comunicarse nuevamente con la madre de Nahir para informarle lo ocurrido.
La madre de Nahir también declaró en esta primera audiencia. Su relato fue directo y conmovió a todos los presentes. Recordó que la noche de la tragedia recibió una llamada de Viarengo, quien le dijo que Nahir estaba alterada. Habló brevemente con su hija, pero aseguró que no la notó desestabilizada. "Me dijo: ‘Ay mamá, ya te llamo, ya voy’. Esa fue la última vez que escuché su voz”, relató entre lágrimas.
A los 15 minutos, recibió una segunda llamada de Viarengo. En esta, él le informó que Nahir se había tirado del balcón y que él se iba. “Eso me hizo ruido desde el primer momento. ¿Quién se va dejando a alguien así? Quiero justicia. Mi hija no se suicidó”, sostuvo con firmeza.
Además, la mujer brindó detalles sobre la personalidad de su hija, a quien describió como una joven reservada, estudiosa y trabajadora. También habló del carácter del acusado, al que calificó como una persona controladora, celosa y violenta.
Según contó la madre de Nahir, su hija nunca hablaba abiertamente de su vida íntima, pero algunas señales preocupantes empezaron a aparecer. Mencionó que vecinos del edificio le comentaron haber escuchado peleas frecuentes e incluso gritos de auxilio. Uno de ellos aseguró haber visto situaciones de violencia física.
La mujer denunció que su hija vivía escenas de celos constantes y que sufría acoso por parte de su pareja. "Un vecino me dijo que la molía a palos", expresó ante el tribunal. Esta declaración refuerza la hipótesis de femicidio y pone en jaque la versión de Viarengo.
El juicio continuará el lunes 11 de agosto con más testimonios. El tribunal está compuesto por los jueces Norma Roxana Palomo, Aldo Primucci y Aníbal Burgos Bruseghini. La fiscal del caso es Claudia Carreras, mientras que la querella está representada por los abogados Matías Adet Figueroa y Mario Leal. Por parte de la defensa, intervienen Adrián Sureda Domínguez y Gabriel Ru.
El expediente señala que Nahir falleció la mañana del 19 de febrero de 2023, tras caer desde el cuarto piso del edificio en el que vivía con Viarengo. La autopsia y los peritajes serán claves para esclarecer si se trató de un suicidio o si fue empujada. Hasta el momento, todas las miradas apuntan a la violencia de género como contexto central del hecho.
El juicio por el femicidio de Nahir pone en primer plano la urgencia de hablar sobre las relaciones tóxicas, el control y la violencia que muchas veces se oculta tras puertas cerradas. Su historia no es un caso aislado: en Argentina, una mujer es asesinada cada 35 horas, en la mayoría de los casos por sus parejas o exparejas.
Mientras se desarrolla el juicio, familiares, amigas y colectivos feministas reclaman justicia. En las calles de Orán y en redes sociales, el pedido es el mismo: “Justicia por Nahir”. La sociedad exige respuestas y que la verdad salga a la luz.