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SALTA

Comerciante salteño denunció una estafa de $50 millones por mercadería que nunca llegó

Un mayorista de Salta acusó a un conocido, un chofer de Saeta y una joven por un engaño que lo dejó al borde de la quiebra. Presentó pruebas ante la Justicia para recuperar el dinero.

Comerciante salteño denunció una estafa de $50 millones por mercadería que nunca llegó

En un golpe que conmociona al sector comercial de Salta, un mayorista denunció haber sido víctima de una estafa por más de 50 millones de pesos, en la que estarían involucrados un conocido suyo, un chofer de la empresa Saeta y una joven.

 

El hecho, que ocurrió entre el 11 y el 13 de septiembre, dejó al comerciante al borde de la ruina económica, según su propio relato. La maniobra, denunciada en la Comisaría 2ª, incluyó transferencias bancarias y entregas de efectivo a cambio de una supuesta compra de productos que nunca se concretó.

Facundo Rivas, de 39 años, señaló como principal responsable a Ramiro Vargas, de 40, a quien acusa de haberlo engañado con la promesa de venderle 2.015 cajas de productos de higiene personal. Según relató, el negocio parecía sólido: Vargas le propuso la operación, fijó un lugar y horario para retirar la mercadería, pero el cargamento nunca apareció. Rivas asegura que entregó parte del dinero en efectivo y el resto en transferencias a cuentas de personas allegadas al acusado.

La denuncia detalla que entre los destinatarios de las transferencias figura un chofer de Saeta y una joven identificada como Agustina A. Esta última, según Rivas, habría utilizado parte del dinero para comprarse un celular de alta gama, un gesto que el comerciante interpretó como una provocación. “Me mostró el teléfono como burlándose, mientras yo seguía esperando la mercadería que nunca llegó”, afirmó el damnificado, quien aportó pruebas como comprobantes bancarios, capturas de chats y hasta un video que identificaría a uno de los implicados.

El caso tomó un giro aún más grave cuando Rivas denunció agresiones. Según su testimonio, al reclamar por la demora en la entrega, fue golpeado en su propio depósito. Su esposa, presente en el lugar, también habría sido agredida, en lo que el comerciante interpreta como un intento de intimidarlo para que no avanzara con la denuncia. “Esto no es solo una estafa, es una pesadilla que nos puso en riesgo a toda mi familia”, expresó.

Representado por el abogado salteño Rodrigo Escovar, Rivas presentó ante la Justicia un arsenal de pruebas: desde los mensajes de la negociación hasta fotos del lugar donde se realizó la entrega de efectivo. El objetivo, según su defensa, es rastrear la ruta del dinero y lograr la recuperación de los fondos, además de llevar a los responsables ante la Justicia. “Queremos que se investigue a fondo, que se sepa dónde fue a parar cada peso”, señaló el letrado.

La estafa no solo golpeó las finanzas del comerciante, sino también su confianza en el entorno comercial de Salta. “Uno trabaja años para construir algo, y en pocos días te lo pueden destruir con un engaño así”, lamentó Rivas. El caso expone las vulnerabilidades de los comerciantes locales frente a maniobras fraudulentas, un problema que, según referentes del sector, viene creciendo en la provincia.

La Justicia salteña ya tiene la denuncia en curso, y tanto Rivas como su abogado pidieron celeridad en la investigación. Mientras tanto, el comerciante espera que su caso sirva de alerta para otros mayoristas de Salta, en un contexto donde las estafas comerciales parecen ir en aumento. “No quiero que nadie más pase por esto. Hay que estar atentos y confiar en la Justicia”, cerró.

Este episodio pone en el centro de la escena la necesidad de controles más estrictos en las operaciones comerciales de gran escala en Salta, mientras la comunidad espera que la investigación arroje luz sobre los responsables y permita recuperar lo perdido.

 


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