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PREOCUPACIÓN

Dos nuevas muertes viales en Salta elevan a 117 el número de víctimas fatales en lo que va del año

Un turista riojano y un peatón fallecieron este jueves tras dos hechos ocurridos en rutas nacionales.

Dos nuevas muertes viales en Salta elevan a 117 el número de víctimas fatales en lo que va del año

Las últimas horas volvieron a teñir de luto a la provincia de Salta, que nuevamente registró dos muertes viales en diferentes rutas nacionales. Con estos casos, ya son 117 las personas fallecidas por siniestros viales en lo que va del año y 12 solo en noviembre, un mes que aún no concluye y que sigue dejando cifras preocupantes. La Policía de Salta confirmó los decesos este viernes, en medio de un escenario que mantiene en alerta a las autoridades de Seguridad Vial y a toda la comunidad.

El comisario Cristian Aguilera, jefe de Prensa de la fuerza provincial, informó que las dos víctimas murieron este jueves tras protagonizar hechos distintos pero igual de trágicos. El primero de ellos es un turista oriundo de La Rioja, que había sufrido un grave siniestro días atrás en pleno Valle Calchaquí. El otro caso corresponde a un peatón de 43 años que fue atropellado cuando intentaba cruzar la Ruta Nacional 50, en el norte provincial.

El turista riojano, según detallaron fuentes policiales, había protagonizado un choque el pasado 17 de noviembre mientras transitaba por la Ruta Nacional 40, en dirección a Cafayate. Por causas que aún se investigan, colisionó con una motocicleta y sufrió heridas de extrema gravedad. En ese momento, la asistencia médica en el lugar fue inmediata, pero ante la complejidad del cuadro se decidió su traslado de urgencia mediante un vuelo sanitario hacia el hospital San Bernardo, el centro de referencia para traumas en la provincia. Allí permaneció internado durante varios días, con pronóstico reservado, hasta que finalmente falleció este jueves debido a la severidad de las lesiones.

El segundo hecho fatal ocurrió durante la noche también del jueves en la Ruta Nacional 50, en un tramo donde la iluminación es reducida y el tránsito suele ser intenso a esa hora. Un hombre de 43 años, vecino de la zona, intentaba cruzar la ruta cuando fue embestido por un automóvil. Pese a que llegó una ambulancia y se intentó asistirlo en el lugar, el peatón murió casi de inmediato por el impacto recibido. Hasta el momento no se conocen detalles certeros sobre la mecánica de la colisión, por lo que la Policía Científica trabaja en los peritajes para determinar qué ocurrió y cómo fue la dinámica del siniestro.

Con el registro de estas dos muertes, la provincia contabiliza 117 víctimas fatales en lo que va del 2025, una cifra que empieza a acercarse peligrosamente al balance del año pasado, cuando se reportaron alrededor de 140 fallecidos por siniestros viales. Las estadísticas, más allá del número, reflejan un problema persistente en todas las regiones de Salta: el factor humano continúa siendo el principal desencadenante de accidentes graves, por encima de cuestiones mecánicas, climáticas o de infraestructura.

Los especialistas de Seguridad Vial reiteran que las conductas de riesgo siguen siendo determinantes en la mayoría de los siniestros: exceso de velocidad, maniobras imprudentes, distracciones al volante, consumo de alcohol y la falta de uso de elementos de seguridad como el casco o el cinturón. En zonas turísticas, como los valles, se suman además otros factores relacionados con rutas curvas y tramos que requieren mayor pericia en la conducción.

En el norte provincial, en tanto, los siniestros que involucran peatones son cada vez más frecuentes. El creciente movimiento de personas que circulan a pie en sectores cercanos a rutas nacionales, muchas veces sin iluminación adecuada, incrementa el riesgo de atropellos, especialmente de noche. Esa situación se acentúa en localidades donde la urbanización avanza rápidamente y las rutas, que antes separaban zonas rurales, hoy se encuentran rodeadas de barrios en expansión.

Las autoridades remarcan que los controles se fortalecieron durante todo el año, especialmente en accesos a la capital, rutas nacionales y corredores turísticos. Sin embargo, advierten que el control policial no puede suplir la falta de responsabilidad individual al momento de conducir. “El factor humano sigue siendo determinante”, insisten en cada informe, recordando que detrás de cada número hay familias que atraviesan pérdidas irreparables.

El caso del turista riojano, particularmente, reabre la discusión sobre la seguridad en la Ruta 40, una de las más emblemáticas del país pero también una de las más complejas en cuanto a circulación. El tránsito mixto entre vehículos livianos, motos, camionetas de turismo y transporte pesado aumenta la probabilidad de choques, especialmente en tramos donde las banquinas son reducidas o el asfalto presenta desgaste.

En el caso del peatón atropellado en la Ruta 50, los vecinos volvieron a expresar su preocupación por la falta de cruces seguros y la escasa visibilidad nocturna en distintos sectores del corredor. Si bien existen campañas para concientizar a los transeúntes sobre la necesidad de utilizar senderos o zonas de cruce seguras, lo cierto es que la dinámica diaria de los barrios cercanos muchas veces obliga a las personas a atravesar la ruta en sectores no habilitados, exponiéndose a riesgos enormes.

Mientras se realizan los peritajes y se avanza en las investigaciones judiciales correspondientes, la Provincia ya acumula un nuevo mes con cifras alarmantes. Con 12 muertes solo en noviembre, el panorama preocupa a los organismos estatales que trabajan en la reducción de siniestros fatales. También genera inquietud de cara al período de fin de año, cuando las fiestas, los viajes y los eventos sociales suelen incrementar los accidentes de tránsito.

La situación exige, según remarcan los especialistas, una combinación de medidas: más controles, campañas de prevención sostenidas, mejoras en la infraestructura vial y, sobre todo, un cambio cultural profundo respecto a la responsabilidad al transitar. Mientras tanto, cada siniestro deja una marca dolorosa en familias y comunidades que siguen reclamando mayor conciencia y compromiso, tanto de conductores como de peatones.


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