La muerte de José Arenas, el joven de 22 años que había sido atacado a mediados de noviembre en barrio 20 de Febrero, volvió a encender las alarmas por la violencia urbana en la ciudad de Salta. Después de 16 días de internación en el hospital San Bernardo, el muchacho falleció este martes por las graves heridas que sufrió tras ser apuñalado durante un enfrentamiento registrado en la zona de Aniceto Latorre, un sector que los vecinos describen como conflictivo desde hace años. Con su deceso, la causa quedó caratulada como homicidio y la familia reclama medidas inmediatas.
El episodio que terminó con la vida del joven ocurrió el 16 de noviembre, en plena tarde, en inmediaciones de Ibazeta y Aniceto Latorre. De acuerdo con lo que relataron personas del barrio, ese día se produjo una violenta gresca que obligó a quienes circulaban por la zona a resguardarse para evitar golpes y botellazos. En medio de ese caos, Arenas fue herido con un elemento cortante —según su familia, una botella rota— que le provocó lesiones internas que desde un primer momento lo dejaron en estado crítico.
El caso generó conmoción no solo por la brutalidad del ataque, sino porque el joven habría alcanzado a señalar a los presuntos involucrados antes de perder la conciencia. Sus familiares aseguran que, pese a la gravedad de su estado, José pudo comunicarse mediante gestos con quienes lo asistían y que en ese breve lapso identificó a quienes lo agredieron. Ese dato, sostienen, debe ser clave para la investigación.
La familia insiste en que el hecho no estuvo relacionado a disputas entre barrabravas, como se mencionó en un principio, sino a un conflicto personal derivado de una deuda de dinero. Esa versión contradice los primeros rumores que circularon en el barrio, que hablaban de enfrentamientos entre facciones vinculadas a la barra de Central Norte, un tema recurrente en esa zona de la capital salteña. Para los allegados a José, la línea principal debe apuntar al trasfondo económico y a los vínculos previos entre los protagonistas del hecho.
Con la muerte del joven, la causa tomó un giro determinante. El expediente, que hasta ahora se investigaba como lesiones graves, pasó a ser tratado como homicidio. Las próximas horas serán clave para definir los pasos de la Justicia provincial y de los investigadores, que deberán reconstruir con precisión cómo se desencadenó el violento episodio, quiénes participaron y cuál fue el motivo real del ataque. Hasta el momento, no hay personas detenidas.
Mientras tanto, el barrio 20 de Febrero vuelve a quedar bajo la lupa debido a la sucesión de hechos violentos que se registran en el sector. Vecinos señalan que las disputas entre grupos, las corridas y los enfrentamientos son frecuentes, y que la falta de presencia policial en determinados horarios facilita que los conflictos escalen rápidamente. La muerte de Arenas reavivó esos reclamos y puso en evidencia una vez más la necesidad de reforzar la seguridad y las políticas de prevención.
“José merece justicia”, repite la familia, que desde el primer día exige respuestas concretas. Para ellos, la investigación no puede demorarse y debe avanzar con celeridad antes de que el caso quede atrapado entre versiones cruzadas. El pedido es claro: identificar y detener a los responsables de un ataque que, según insisten, podría haberse evitado.
El nombre de José Arenas se suma así a una lista de jóvenes que en los últimos años perdieron la vida en hechos violentos en distintos barrios de Salta. La comunidad espera que esta vez la Justicia pueda actuar con rapidez y que la muerte del muchacho no quede impune. Su entorno más cercano confía en que lo que él alcanzó a señalar antes de morir sea el punto de partida para esclarecer un caso que volvió a sacudir a la ciudad.