El Concejo Deliberante de la ciudad de Salta vivirá este miércoles una jornada cargada de tensión.
A las 10 de la mañana arranca la sesión preparatoria donde tomarán juramento los once concejales elegidos el 11 de mayo y se elegirán las autoridades del cuerpo para los próximos dos años. Pero nadie habla de otra cosa que del regreso de Pablo Emanuel López, el hombre que sacó 86.632 votos –el 35,54 % del total– y que vuelve al recinto después de haber sido echado en 2023 por una grave denuncia de extorsión sexual.
López había sido separado del cargo por inhabilidad moral tras la difusión de un audio en el que se lo escuchaba exigiendo sexo a cambio de plata a una ex pareja que trabajaba en el propio Concejo. Aquel escándalo terminó con su expulsión express y un fuerte repudio político. Sin embargo, nada impidió que se presentara nuevamente y arrasara en las urnas, aunque luego fuera echado también del partido La Libertad Avanza.
Desde el Tribunal Electoral provincial confirmaron que no existe ningún impedimento legal para que asuma. “No ingresó ninguna impugnación acá, así que puede jurar tranquilamente”, señalaron fuentes del organismo a este medio. La gran incógnita ahora es si los demás concejales intentarán repetir el juicio político que lo sacó la vez pasada o si, por elija quedarse callado y dejarlo ejercer el mandato que la gente le dio.
En total ingresan once caras nuevas: Víctor “Vitín” Lamberto, Florencia León, Rodrigo Pérez Quinteros, David Battaglia Leiva, Eliana Chuchuy, Laura Jorge Saravia, Maximiliano Casasola, Gustavo Farquharson, Erica Castro Nievas y Laura García, además del propio López. A ellos se suman los diez ediles que siguen hasta 2027, entre ellos Alicia Vargas, Darío Madile y Ángel Ortiz.
El mapa de poder que queda pinta complejo para el oficialismo del intendente Emiliano Durand. Con 11 bancas propias más algunos aliados circunstanciales, el durandismo tiene mayoría simple, pero no quórum propio. La llave la sigue teniendo Inés Bennassar, del saencismo, que ya demostró que puede votar en contra cuando quiere.
Por el lado de la oposición dura aparecen los cinco concejales que responden a La Libertad Avanza, que prometen hacer ruido en cada sesión. Y si López decide quedarse –cosa que nadie duda–, formará un monobloque de un solo integrante pero con mucho peso simbólico: fue el más votado de toda la elección y en su anterior paso por el Concejo se mostró como un crítico implacable del Ejecutivo.
Quedan flotando también las tres bancas de lo que queda de Juntos por el Cambio y la UCR, que suelen jugar de árbitros según el tema. En definitiva, el Concejo que arranca este miércoles tendrá 21 miembros, mucho ruido mediático y una bomba de tiempo llamada Pablo López que puede estallar en cualquier momento. La sesión de mañana será solo el comienzo.
