La iniciativa busca meter mano en el Estatuto del Educador, la Ley 6830, agregando un artículo que pone coto a los traslados docentes en la recta final de sus carreras. Los diputados argumentan que los cambios constantes rompen el vínculo con alumnos y familias, y complican el trabajo en las aulas de toda la provincia.
Los firmantes son Gerónimo Arjona, Moisés Balderrama, Enzo Chauque, Fabio López, Germán Rallé, Rogelio Segundo, Ernesto Tapia, Ricardo Vargas y Raúl Vargas. Todos responden al oficialismo y apuntan a blindar la continuidad pedagógica en los colegios de Salta, desde la capital hasta el último paraje del norte.
Según el texto, un docente no podrá mudarse de zona educativa si está a menos de seis años de la jubilación ordinaria. La idea es evitar que, en el tramo final, los maestros salten de escuela en escuela buscando beneficios o cercanía al retiro, dejando planteles desarmados.
Esta movida responde a un reclamo viejo de directivos y supervisores salteños: la rotación permanente genera desorganización, afecta el clima escolar y frena proyectos a largo plazo. En zonas rurales, donde cada profe es clave, el impacto se siente el doble.
Los legisladores insisten en que la estabilidad del personal docente es la base para que los chicos tengan clases consistentes y los equipos pedagógicos puedan planificar sin sobresaltos. El proyecto ya ingresó a Diputados y espera turno en comisiones.
Si sale la ley, Salta sumará una herramienta más para ordenar el sistema educativo provincial y priorizar a los alumnos por sobre las conveniencias individuales de los maestros cercanos al retiro.