El presidente Javier Milei sigue de cerca el inicio de la mesa federal con los gobernadores, un espacio de negociación que busca recomponer vínculos con las provincias y, al mismo tiempo, abrir el camino para reformas estructurales que su administración considera prioritarias: la laboral y la tributaria.
La estrategia oficial se apoya en el rol del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, quien mantiene un contacto fluido con las administraciones provinciales en busca de acuerdos que faciliten la aprobación de iniciativas en el Congreso. Según fuentes cercanas al Gobierno, Milei considera que el diálogo con los mandatarios será determinante para sostener el rumbo económico y ampliar la base política de la gestión libertaria.
La primera reunión se realizó en el Salón de los Escudos, donde el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, junto al ministro del Interior, Lisandro Catalán, y Caputo, recibieron a los gobernadores Leandro Zdero (Chaco), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Rogelio Frigerio (Entre Ríos). Se trata de mandatarios alineados con la Casa Rosada y que mantienen acuerdos estratégicos con vistas al escenario electoral que se aproxima.
La apuesta del Ejecutivo es clara: reinstalar un canal de diálogo permanente con las provincias, luego de meses de tensiones por la distribución de recursos y los recortes en transferencias. Para Milei, la mesa federal no solo es un ámbito de negociación económica, sino también un espacio político para consolidar apoyos que permitan sostener la gobernabilidad en un contexto nacional complejo.
En este marco, la Casa Rosada busca avanzar en dos frentes considerados centrales para el modelo libertario. Por un lado, la reforma laboral, que apunta a flexibilizar el mercado de trabajo y reducir los costos que enfrentan las empresas. Por el otro, la reforma tributaria, destinada a simplificar el sistema impositivo, achicar la presión fiscal y, según el oficialismo, estimular la inversión privada.
Ambos proyectos requieren de mayorías legislativas que el oficialismo no tiene, por lo que el respaldo de las provincias resulta indispensable. De allí la importancia de tender puentes con gobernadores que puedan aportar legisladores propios o aliados en el Congreso.
La convocatoria a los mandatarios provinciales también se enmarca en la necesidad del Gobierno nacional de mostrar señales de diálogo hacia afuera, en momentos en que los indicadores económicos muestran cierta estabilización, pero persisten tensiones sociales por la caída del consumo y el impacto de las medidas de ajuste.
En Salta, el desarrollo de esta mesa federal genera expectativas, ya que la administración provincial sigue de cerca los movimientos de Nación en materia de coparticipación, obra pública y financiamiento. La relación entre Milei y los gobernadores del Norte Grande ha tenido momentos de fuerte fricción, pero la apertura de este canal de negociación podría reconfigurar las alianzas y abrir oportunidades de gestión.
Los próximos encuentros con gobernadores de otras provincias serán determinantes para medir el alcance real de esta estrategia. La Casa Rosada busca sumar voces del interior productivo y de distritos que no necesariamente acompañaron al oficialismo en las elecciones, pero que hoy aparecen como socios necesarios para avanzar en las reformas.
Para Milei, el éxito de la mesa federal será clave no solo en el terreno económico, sino también en el político: consolidar un esquema de gobernabilidad que le permita transitar el próximo año con mayor respaldo territorial y con chances de encarar transformaciones de fondo en el país.