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Milagro salteño

De Perú a Salta: 15 peregrinos pedalean con fe hacia la Catedral Basílica

Movidos por su devoción al Señor y la Virgen del Milagro, un grupo de salteños emprendió una travesía en bicicleta desde el puerto de Callao

De Perú a Salta: 15 peregrinos pedalean con fe hacia la Catedral Basílica

En un acto de fe que trasciende fronteras, un grupo de 15 salteños partió el pasado 20 de agosto desde el puerto de Callao, en Perú, rumbo a la Catedral Basílica de Salta.

 

Con el corazón puesto en el Señor y la Virgen del Milagro, patronos de la provincia, estos peregrinos recorren miles de kilómetros en bicicleta, llevando consigo no solo su devoción, sino también réplicas de las imágenes sagradas que los inspiran. La meta es clara: arribar a la capital salteña el 12 de septiembre, justo a tiempo para las celebraciones de la Fiesta del Milagro, uno de los eventos religiosos más significativos de la región.

La travesía comenzó con una emotiva misa en una parroquia del Callao, donde los peregrinos recibieron la bendición de un sacerdote antes de iniciar el recorrido por la costa limeña. “Fue un momento muy especial, lleno de emoción. Sentimos que nos encomendábamos al Señor y a la Virgen para que nos guíen en este camino”, relató uno de los participantes. Desde ese punto, el grupo, compuesto por 12 hombres y tres mujeres, todos salteños, se lanzó a una aventura que combina esfuerzo físico, espiritualidad y un profundo sentido de comunidad.

Una peregrinación con raíces salteñas

El grupo, integrado por personas de entre 54 y 75 años, refleja la diversidad de la provincia. Aunque la mayoría proviene de Salta Capital, también hay representantes de otras localidades, como Santa Victoria Oeste y Nazareno, zonas donde la devoción al Milagro tiene un arraigo profundo. Muchos de ellos ya son veteranos en peregrinaciones: cada septiembre, caminan desde distintos puntos de la provincia hasta la Catedral Basílica para renovar su pacto de fe. Sin embargo, esta travesía en bicicleta desde Perú es un desafío único que eleva su compromiso a otro nivel.

“Es la fe la que nos mueve. No hay otra explicación. Uno no lo piensa mucho, simplemente lo vive. Es algo que te sale del corazón y te lleva a hacer cosas que parecen imposibles”, expresó Jorge Vizgarra, uno de los peregrinos. Para ellos, cada pedaleada es un acto de gratitud y una forma de pedir perdón, siempre bajo la protección de los patronos salteños.

Un recorrido lleno de simbolismo

La elección del puerto de Callao como punto de partida no es casual. En 1592, en ese mismo lugar, fueron encontradas las imágenes del Señor del Milagro y de la Virgen del Rosario, destinadas a Salta y Córdoba, respectivamente. Los peregrinos decidieron recrear parte de esa histórica travesía, aunque adaptaron la ruta para hacerla viable en el tiempo disponible, evitando pasar por Potosí, como ocurrió en el siglo XVI. En su lugar, el itinerario los lleva por la costa peruana, atravesando ciudades como Atico y Arequipa, antes de cruzar la frontera hacia el norte argentino.

En el camino, el grupo recorre entre 100 y 120 kilómetros diarios en bicicleta, complementando el trayecto con tramos en una camioneta que los acompaña para garantizar la logística. Las tres mujeres del grupo cumplen un rol fundamental: además de pedalear, se encargan de la organización en cada parada, asegurando que todos tengan lo necesario para continuar. También actúan como “servidoras” espirituales, guiando oraciones y reflexiones que mantienen unido al grupo en su propósito.

 


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