La vigilia por el Señor y la Virgen del Milagro ya se vive con intensidad frente a la Catedral Basílica. Apenas concluyó la misa estacional del mediodía, en la que participaron autoridades provinciales y municipales, los devotos decidieron no moverse del lugar y armaron un verdadero campamento de fe en la plaza 9 de Julio. Con mantas, reposeras, sombrillas y viandas improvisadas, aguardan la salida de las imágenes patronales, prevista para las 15.15, en el inicio de la procesión central.
El ambiente es una mezcla de fervor religioso y encuentro comunitario. Familias enteras comparten almuerzos caseros, mate y canciones, mientras otros rezan en silencio o conversan con quienes llegan desde distintos puntos de la provincia. La fe se refleja en cada gesto: nadie quiere perderse el momento en que la Cruz Primitiva, la Virgen de las Lágrimas, la Virgen del Milagro y el Señor del Milagro crucen las puertas del templo.
Muchos de los presentes arribaron tras largas peregrinaciones. Entre ellos se encuentra un contingente de más de 150 personas de Morillo, que recorrieron tres días y tres noches para estar en Salta. “No me muevo de acá hasta que termine todo”, expresó un peregrino con la emoción de quien renueva, año tras año, su compromiso con los Santos Patronos.
También hay devotos que regresan tras un tiempo de ausencia. “Me emociona todo esto, la llegada de los peregrinos, toda esta gente acá. Es incomparable”, comentó un vecino de la capital que decidió quedarse junto a su esposa hasta la finalización de la ceremonia. Otros, en cambio, nunca faltaron: “El sonido del campanario nos llega al alma. Se vibra todo”, compartió una mujer criada desde niña en la tradición del Milagro, hoy residente en otra provincia pero fiel a la cita de septiembre.
El acampe de los devotos ya es parte del paisaje salteño en la previa de cada procesión. Entre oraciones, saludos entre desconocidos y la solidaridad de compartir una bebida o un trozo de pan, se refuerza el espíritu comunitario que caracteriza a esta celebración. El calor de la jornada se combate con sombrillas, sombreros y botellas de agua que circulan de mano en mano, mientras las calles céntricas comienzan a llenarse de quienes esperan vivir el momento cumbre.
La procesión saldrá a las 15.15 y se dirigirá al Monumento 20 de Febrero, donde tendrá lugar la Renovación del Pacto de Fidelidad, acto central que convoca a miles de devotos año tras año. Allí, como cada septiembre, Salta renovará su promesa de fe en uno de los eventos religiosos más trascendentes del país.