Una nueva jornada marcada por la volatilidad golpeó este martes a los activos argentinos, tanto en el mercado internacional como en el local. Las acciones de empresas nacionales que cotizan en Wall Street registraron caídas de hasta 4,5%, reflejando el clima de cautela que atraviesan los inversores frente a la situación económica del país y las dudas sobre el rumbo del dólar.
Entre las mayores bajas en la bolsa neoyorquina se destacaron Edenor (-4,5%), Transportadora de Gas del Sur (-2,9%) y Telecom Argentina (-2,7%), tres compañías vinculadas a sectores regulados, particularmente sensibles a los cambios en la política económica y tarifaria.
Los bonos soberanos argentinos también operaron con tendencia negativa, con retrocesos de hasta 1,5% en las principales emisiones. Este movimiento presionó nuevamente sobre el riesgo país, que se ubicó en torno a los 667 puntos básicos, un nivel que refleja la persistente desconfianza del mercado internacional respecto a la deuda argentina. El indicador acumula un alza cercana al 5% en lo que va del año.
En el mercado cambiario, el dólar oficial experimentó una leve baja de $5, cotizando a $1.495 para la venta en las pantallas del Banco Nación. El tipo de cambio mayorista también retrocedió, ubicándose en $1.468, unos $12 menos que al inicio de la jornada. De esta manera, el valor se mantiene dentro del esquema de bandas dispuesto por el Banco Central, cuyo techo se ubica actualmente en $1.498,01.
Por su parte, los dólares financieros —instrumentos utilizados por los inversores para girar fondos al exterior o cubrirse de eventuales movimientos del tipo de cambio— mostraron leves retrocesos. El dólar MEP cotizaba a $1.495,95, mientras que el contado con liquidación (CCL) se ubicaba en torno a $1.515,48, con bajas de hasta 0,4% respecto al cierre previo.
En la plaza bursátil local, el índice S&P Merval también acompañó la tendencia bajista. En su versión medida en pesos, descendía 0,6%, y en dólares, 0,2%, afectado por la falta de definiciones en materia económica y la incertidumbre política que aún domina el panorama financiero del país.
Desde distintas consultoras financieras señalaron que los inversores mantienen una actitud de espera y prudencia, atentos a las señales que pueda emitir el Gobierno en relación con el programa económico y la política cambiaria.
“Si se demoran las correcciones y avances pendientes en el frente monetario y cambiario, el nerviosismo podría volver en el corto plazo”, advirtieron analistas de la firma Outlier, en referencia a la necesidad de definiciones concretas para estabilizar las variables macroeconómicas.
A pesar del leve retroceso del dólar oficial, en la City porteña y en el interior del país, el movimiento de los tipos de cambio paralelos y financieros se sigue de cerca, ya que cualquier variación puede impactar de forma directa en los precios internos y en las expectativas inflacionarias.
El escenario internacional tampoco colabora: los mercados globales operan con mayor cautela ante la expectativa de nuevas decisiones de política monetaria en Estados Unidos y Europa, lo que impacta especialmente en los activos de riesgo como los de economías emergentes.
En este contexto, los operadores remarcan que el comportamiento de las acciones argentinas en Wall Street es un termómetro del ánimo inversor hacia el país, y que las últimas jornadas reflejan una postura más conservadora por parte de los fondos internacionales, que prefieren mantenerse al margen hasta que haya mayor claridad sobre el rumbo económico.
Para los analistas, el desafío de los próximos meses será mantener la estabilidad cambiaria sin frenar la actividad económica, en un contexto en el que las reservas del Banco Central aún se encuentran bajo presión y el riesgo país continúa en niveles elevados.
Con el cierre de la jornada, el mercado financiero argentino vuelve a mostrar señales de fragilidad. Aunque las variaciones diarias puedan parecer moderadas, el conjunto de indicadores —acciones, bonos, dólar y riesgo país— revela una tendencia de fondo: la persistente desconfianza de los inversores frente a la falta de definiciones concretas y la volatilidad del escenario político y económico.