Una escena poco habitual sacudió este martes el recinto de la Cámara de Diputados de Salta cuando la legisladora Griselda Galleguillos, representante de Rosario de Lerma, se despachó con un inesperado discurso en inglés dirigido directamente al expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
El episodio se produjo durante el tramo de manifestaciones, en el que los diputados tienen libertad para expresar sus opiniones sobre temas de actualidad, sin necesidad de atenerse a un orden del día. Fue en ese espacio donde Galleguillos sorprendió a propios y extraños al referirse a recientes declaraciones del líder republicano, en las que vinculó una eventual ayuda financiera a la Argentina con el resultado de las elecciones presidenciales de ese país.
Sin rodeos, la diputada salteña manifestó su rechazo a lo que consideró una amenaza directa a la soberanía del país y, en un giro inesperado, decidió hacerlo en inglés. “No vamos a ser esclavos de los gringos”, lanzó primero en español. Acto seguido, pidió permiso para expresarse en otro idioma, y cumplió: “I don’t speak English well, but I try. Donald Trump, do not threat our people. Argentinians aren’t stupid”, dijo con tono firme y gesto adusto.
La escena generó una mezcla de asombro y desconcierto entre los presentes. El presidente de la Cámara, Esteban Amat, tardó algunos segundos en reaccionar y dar la palabra al siguiente orador, mientras algunos legisladores intercambiaban miradas cómplices, entre la sorpresa y el desconcierto.
Galleguillos, conocida por su estilo frontal y por no esquivar la polémica, eligió este canal poco habitual para enviar un mensaje con fuerte carga simbólica. Lo hizo desde el interior salteño, donde el impacto de las decisiones económicas internacionales suele sentirse con crudeza, especialmente en sectores postergados y regiones alejadas de los centros urbanos.
Aunque el exmandatario estadounidense ya no ocupa la Casa Blanca, su influencia política sigue vigente y sus declaraciones aún generan repercusiones globales. En esta ocasión, sus dichos sobre condicionar la ayuda a países como la Argentina según quién gane las elecciones en EE.UU. encendieron alarmas en distintos sectores. Galleguillos no dudó en responder, sin intermediarios ni eufemismos, desde el mismo corazón del Valle de Lerma.
El episodio no tardó en llegar a las redes sociales, donde el fragmento del discurso fue rápidamente viralizado. Muchos usuarios destacaron el coraje de la diputada por plantarse frente a una figura internacional, aunque también abundaron las bromas sobre su pronunciación y el estilo “a lo Salta” de su inglés improvisado.
Más allá del tono pintoresco de la intervención, el trasfondo es serio. La referencia de Trump a condicionar la asistencia financiera internacional dejó al descubierto la fragilidad con la que países como Argentina quedan expuestos ante las decisiones de potencias extranjeras. Desde la mirada local, esa subordinación molesta, especialmente cuando se atraviesa una crisis económica prolongada, con inflación alta, desempleo creciente y pobreza estructural.
La diputada rosarina expresó un sentimiento que resuena con fuerza en amplios sectores del interior: la necesidad de defender la dignidad del país frente a las presiones externas. “No se trata solo de política internacional. Es una cuestión de respeto”, afirmó en los pasillos tras la sesión.
En Salta, donde los vínculos con Estados Unidos se han intensificado en los últimos años por temas como la minería del litio y los acuerdos de inversión, las palabras de Galleguillos no pasaron desapercibidas. Algunos actores políticos interpretaron su mensaje como una advertencia: si bien se valora el acompañamiento internacional, no a cualquier costo ni bajo amenazas.
En Rosario de Lerma, su localidad de origen, la intervención fue motivo de orgullo para muchos vecinos. “Puede que no haya pronunciado perfecto, pero se plantó como nadie”, expresó un comerciante de la zona en redes sociales. Otros destacaron el hecho de que una diputada del interior profundo se animara a mirar a una potencia a los ojos, sin traductores ni rodeos.
El discurso de Galleguillos, cargado de simbolismo, deja en claro que incluso en un rincón del noroeste argentino, las decisiones globales se sienten y se responden. Desde los Valles Calchaquíes hasta el Congreso estadounidense, el eco de su frase –“Argentinians aren’t stupid”– resuena como una advertencia orgullosa de un pueblo que, pese a las dificultades, no está dispuesto a agachar la cabeza.